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Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera
Miniatura marinera, filigrana de madera, ámbar, jade verdemar. Caballito de sal fina, bailarín, aguamarina,
¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
El caballo negro iba por un trillo: cada paso suyo bordaba el camino. El caballo ruano
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Tiene la vaca bermeja un ternerito de nata. Se lo encontró en el corral un jueves por la mañana. Quiso llevarlo a pasear
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Cinta de arena para la nena. Gorro de sal para el coral. Y para el sol
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,