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Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban
Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá.
Pero como el amor los saeteros están ciegos. Sobre la noche verde, las saetas,
Tu voz regó la duna de mi pecho en la dulce cabina de madera. Por el sur de mis pies fue primave… y al norte de mi frente flor de he… Pino de luz por el espacio estrech…
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
Marzo pasa volando. Y Enero sigue tan alto. Enero, sigue en la noche del cielo.
Sí, tu niñez ya fábula de fuentes. El tren y la mujer que llena el ci… Tu soledad esquiva en los hoteles y tu máscara pura de otro signo. Es la niñez del mar y tu silencio
La muerte entra y sale de la taberna. Pasan caballos negros y gente siniestra
Bajo el naranjo, lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz. ¡Ay, amor,
Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras,
Para ver que todo se ha ido, para ver los huecos y los vestidos… ¡dame tu guante de luna, tu otro guante perdido en la hierb… amor mío!
El mar sonríe a lo lejos. Dientes de espuma, labios de cielo. ¿Qué vendes, oh joven turbia
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,