#EscritoresEspañoles
Undosa tumba da al farol del día Quien ya cuna le dio a la hermosur… Al Sol que admirará la edad futur… Al esplendor augusto de María. Real, pues, ave, que la región frí…
De pura honestidad templo sagrado, Cuyo bello cimiento y gentil muro De blanco nácar y alabastro duro Fue por divina mano fabricado; Pequeña puerta de coral preciado,
Hermana Marica, mañana, que es fiesta, no irás tú a la amiga ni yo iré a la escuela. Pondráste el corpiño
Los rayos le cuenta al Sol con un peine de marfil la bella Jacinta, un día que por mi dicha la vi en la verde orilla
Llegué, señora tía, a la Mamora, donde entre nieblas vi la otra mañ… desde el seguro de una partesana, confusa multitud de gente mora. Pluma acudiendo va tremoladora
De mi sastre en el hurtar la mano es tan singular, que si cae la tela en ella cuando la empieza a doblar, ya puedo doblar por ella.
Cosas, Celalba mía, he visto extr… Cascarse nubes, desbocarse vientos… Altas torres besar sus fundamentos… Y vomitar la tierra sus entrañas; Duras puentes romper, cual tiernas…
Pender de un leño, traspasado el p… Y de espinas clavadas ambas sienes… Dar tus mortales penas en rehenes De nuestra gloria, bien fue heroic… Pero más fue nacer en tanto estrec…
Restituye a tu mundo horror divino… Amiga Soledad, el pie sagrado, Que captiva lisonja es del poblado En hierros breves pájaro ladino. Prudente cónsul, de las selvas din…
En vez de las Helíades, ahora Coronan las Pïérides el Pado, Y tronco la más culta levantado, Suda electro en los números que ll… Plumas vestido ya las aguas mora
Cuatro o seis desnudos hombros De dos escollos o tres Hurtan poco sitio al mar, Y mucho agradable en él. Cuánto lo sienten las ondas
La desgracia del forzado, Y del corsario la industria, La distancia del lugar Y el favor de la Fortuna, Que por las bocas del viento
Allá darás, rayo, En cas de Tamayo. De hospedar a gente extraña, O Flamenca o Ginovés, Si el huésped overo es
Sople rabiosamente conjurado Contra mi leño el Austro embravec… Que me ha de hallar el último gemi… En vez de tabla, al áncora abrazad… ¿Qué mucho, si del mármol desatado
Cuantos forjare más hierros el had… A mi esperanza, tantos oprimido Arrastraré cantando, y su rüido Instrumento a mi voz será acordado… Joven mal de la invidia perdonado,