Resiliencia
Que no me quieres, dices, que me aleje,
que no te busque; ya estás decidida,
y que ahora quieres ordenar tu vida,
sin mí, sin mi presencia, que te deje.
Me voy. No escucharás que yo me queje,
ni tendrás rastro de mi despedida,
ni hallarás huella alguna en mi partida,
ningún lamento, ni un tejemaneje.
Pero es mejor así, que tú seas fría,
que solo me hagas saber que no me quieres:
yo seguiré engañando al alma mía,
le hablaré bien de ti, que tú así eres,
que aunque me niegues tu cariño un día,
yo soy dueño de todos tus quereres.
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