#EscritoresCubanos #Ismaelillo
¡Cielo, mi amor!—en vano sobre el… La vista fijo y la atención reclam… Tu luz enciendo, con tus rayos vib… ¡Y expulsado de ti, perdón te clam… Si te merezco ¡oh padre! si te ado…
Dicen, buen Pedro, que de mí murm… porque tras mis orejas el cabello en crespas ondas su caudal levanta… diles, ¡bribón!, que mientras tú e… en rubios caldos y en fragantes po…
A los espacios entregarme quiero Donde se vive en paz y con un mant… De luz, en gozo embriagador henchi… Sobre las nubes blancas se pasea, Y donde Dante y las estrellas viv…
Yo pienso, cuando me alegro Como un escolar sencillo, En el canario amarillo,— ¡Que tiene el ojo tan negro! Yo quiero, cuando me muera
Vino el amor mental: ese enfermizo Febril, informe, falso amor primer… ¡Ansia de amar que se consagra a u… Como, si a tiempo pasa, al bravo a… Vino el amor social: ese alevoso
En el extraño bazar Del amor, junto al mar, La perla triste y sin par Le tocó por suerte a Agar. Agar, de tanto tenerla
El palacio está de luto Y en el trono llora el rey, Y la reina está llorando Donde no la puedan ver: En pañuelos de holán fino
El rayo surca, sangriento, El lóbrego nubarrón: Echa el barco, ciento a ciento, Los negros por el portón. El viento, fiero, quebraba
Allá por un pueblo del mar Báltico, del lado de Rusia, vivía el pobre Loppi, en un casuco viejo, sin más compañía que su hacha y su mujer. El hacha ¡bueno!; pero la mujer se llamaba Mas...
Vino el médico amarillo A darme su medicina, Con una mano cetrina Y la otra mano al bolsillo: ¡Yo tengo allá en un rincón
Odio la máscara y vicio Del corredor de mi hotel: Me vuelvo al manso bullicio De mi monte de laurel. Con los pobres de la tierra
Sé de un pintor atrevido Que sale a pintar contento Sobre la tela del viento Y la espuma del olvido. Yo sé de un pintor gigante,
Una copa con alas ¿quién la ha vis… Antes que yo? Yo ayer la ví. Subí… Con lenta majestad, como quien vie… Oleo sagrado; y a sus dilces borde… Mis regalados labios apretaba.
Sí! yo también, desnuda la cabeza De tocado y cabellos, y al tobillo Una cadena lurda, heme arrastrado Entre un montón de sierpes, que re… Sobre sus vicios negros, parecían
¿Que como crin hirsuta de espantad… Caballo que en los troncos secos m… Garras y dientes de tremendo lobo, Mi destrozado verso se levanta?... Sí, pero ¡se levanta! A la manera…