Mi destino es la lengua castellana… El bronce de Francisco de Quevedo… Pero en la lenta noche caminada, Me exaltan otras músicas más íntim… Alguna me fue dada por la sangre—
En el bosque, de aromas y de músic… la magnolia florece delicada y lig… cual vellón que en las zarpas enre… o cual copo de espuma sobre lago s… Es un ánfora digna de un artífice…
Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos mi táctica es
El Pobre de Ñico el loco Es un infeliz idiota, Que solamente se bota Cuando lo cuquean un poco. Ni le hace daño tampoco
Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro, entre sí decía,
Yo que sentí el horror de los espe… no sólo ante el cristal impenetrab… donde acaba y empieza, inhabitable… un imposible espacio de reflejos sino ante el agua especular que im…
Cuando tus manos salen, amor, hacia las mías, qué me traen volando? Por qué se detuvieron en mi boca, de pronto,
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas. Sólo tú haces de mi memoria
La clara muchedumbre de un ponient… ha exaltado la calle, la calle abierta como un ancho sue… hacia cualquier azar. La límpida arboleda
Simón el bobito llamó al pastelero… ¡a ver los pasteles, los quiero pr… —Sí, repuso el otro, pero antes yo… ver ese cuartillo con que has de p… Buscó en los bolsillos el buen Si…
Antes de entrar en el desierto los soldados bebieron largamente e… Hierocles derramó en la tierra el agua de su cántaro y dijo: Si hemos de entrar en el desierto,
Ella está en el horizonte. Yo me acerco dos pasos y ella se a… Camino diez pasos y el horizonte s… Por mucho que yo camine, nunca la… ¿Para que sirve la utopía? Para e…
Que otros se jacten de las páginas… a mí me enorgullecen las que he le… No habré sido un filólogo, no habré inquirido las declinacion… la de que se endurece en te,
En aquel preciso momento el hombre… Qué no daría yo por la dicha de estar a tu lado en Islandia bajo el gran día inmóvil y de compartir el ahora
Ya somos el olvido que seremos. El polvo elemental que nos ignora y que fue el rojo Adán y que es ah… todos los hombres y los que seremo… Ya somos en la tumba las dos fecha…
Hay tardes en las que uno desearía embarcarse y partir sin rumbo cier… y, silenciosamente, de algún puert… irse alejando mientras muere el dí… Emprender una larga travesía
En la infancia yo ejercí con fervor la adoración del tigre: no el tigre overo de los camalotes del Paraná y de la confusión amazónica, sino el tigre rayado, asiático, real, que sólo pue...
Al volver de distante ribera con el alma enlutada y sombría, afanoso busqué mi bandera ¡y otra he visto además de la mía! ¿Dónde está mi bandera cubana,
El porvenir es tan irrevocable como el rígido ayer. No hay una co… que no sea una letra silenciosa de la eterna escritura indescifrab… cuyo libro es el tiempo. Quien se…
Tecún-Umán, el de las torres verd… el de las altas torres verdes, ver… el de las torres verdes, verdes, v… y en fila india indios, indios, in… incontables como cien mil zompopos…
La noche se astilló de estrellas mirándome alucinada el aire arroja odio embellecido su rostro con música.
Nueva Inglaterra y la mañana. Doblo por Craigie. Pienso (yo lo he pensado) que el nombre Craigie es escocés y que la palabra crag es de origen…
El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
Convencidos de caducidad por tantas nobles certidumbres del… nos demoramos y bajamos la voz entre las lentas filas de panteone… cuya retórica de sombra y de mármo…
Lo que conoces es tan poco lo que conoces de mí lo que conoces
Cuenta la historia que en aquel pa… tiempo en que sucedieron tantas co… reales, imaginarias y dudosas, un hombre concibió el desmesurado proyecto de cifrar el universo
Me vio como se mira al través de u… o del aire o de nada. Y entonces supe: yo no estaba allí ni en ninguna otra parte
El rey Alfonso VI de Castilla y León envía al Cid para cobrar las parias del rey moro de Sevilla. Éste es atacado por el conde castellano García Ordóñez. El Cid, amparando al moro vasal...
No son más silenciosos los espejos ni más furtiva el alba aventurera; eres, bajo la luna, esa pantera que nos es dado divisar de lejos. Por obra indescifrable de un decre…
En la casa de las pinturas Comienza a cantar, Ensaya el canto, Derrama flores, Alegra el canto.