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¡Abuelo!

Una carta para ti.

Te dije adiós un día, (ya no recuerdo cual) y ese día tan desolado, se fue multiplicando en meses, en años y al final, en toda una vida.
 
Te veía elegante, altivo, vistiendo tu uniforme y me
encantaba caminar de tu mano sintiendo un enorme
privilegio por tenerte.
 
Pensaba, en mi pueril inocencia, que todos anhelaban estar en mi lugar, y yo, simplemente, lo único que quería era que estuvieses conmigo.
 
Pero un día
(que no quiero recordar), te fuiste. Aún siento tus ojos llenos de lágrimas, con ese dolor intenso que causa la impotencia.
 
Al despedirte, movías tan lentamente tus manos, que te parecías a esas aves heridas que no querían volar.
 
Y tuve miedo.
 
Presentía, que no te volvería a ver. Pero, sin dudarlo, te dije adiós y con falsa alegría, te sonreí.
 
Llena de impaciencia, me vi erguida en la punta de los
pies y te seguí tristemente con la mirada, hasta que
al final, te perdí.
 
Con ilusión, soplé en la palma de la mano y te envié mi último beso, segura, en mi fantasía tenaz que lo recibirías.
 
Fue entonces cuando al fin, lloré.
 
En ese instante me impuse soñar, deseando que tu querida imagen, no se borrara de mis recuerdos.
 
Pero...
 
Fue el tiempo, ese largo tiempo quien rompió mis sueños y le quitó color a tu figura, llegando a imaginarte en penumbras, como si la noche te quisiera envolver.
 
Sin embargo, no olvido tu risa y sobre todo no olvido
tu amor.
 
Tú has sido más fuerte que los años,
más fuerte que el viento,
más fuerte que la tormenta.
 
Quiero que sepas que hoy, "desde el cielo" y a pesar de
todo,
 
aún, ¡siento tu voz!

Carta a mi abuelo
01/09/2018

#Prosa

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