10/13/2017
#Tanka
¡Pasan los días! Lentos, implacables con esa letanía que se convierte
El miedo late, golpea por doquier, escuece y arde. Irrita los sentidos, desvanece la vida.
¡Mi padre amado! te recuerdo y te extraño con gran nostalgia. En tu última mirada, no pude estar contigo.
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
¡Qué no te mientan...! ¡Qué no todo son rosas! Tampoco espinas.
Delgados troncos atrapan a la luna en fiel abrazo. Tierno y leal cobijo a esa luz entrañable.
Por densa selva, vuela sobre su sombra, un colibrí.
El trueno ruge. Y allá en la oscuridad, aúlla el lobo.
Corro sin cesar y el rugir del viento me golpea. Los sauces implacables y desafiantes,
Todo segundo, es parte del pasado en cada instante.
Partiste en la madrugada de una extraña noche de verano, sin embargo, ese calor agobiante llegaba a mí colmado de frío, un frío de incertidumbre que me hacía temblar mientras te miraba....
Hoy he caminado descalza sobre la hierba húmeda. Lo hice, cerrando los ojos,
“Todo” y “Nada” Es su unión lo que da vida y nutre el ser. Es el binomio exacto, es la existencia misma.
Cae la gota sin saber su final. Turbio destino.
Abren sus pétalos. esas flores tan tristes, "Si llora el cielo"