En mármol frío reposan estos versos. Dejad que el viento me lo cuente al entrar por la ventana.

¿Noche de estrellas, luciérnagas y luna? ¡Todas me alumbran!

Gran río azul de aguas verdes y frías. Corre tranquilo, aunque el peso de tu profundidad te agobie.

Cuando el instante, la casualidad o el amor se acoplan; entonces, viviremos, entonces, ¡Naceremos!

Para mí, “el paraíso” puede ser, simplemente, apoyar la cabeza

Se hace tarde, muy tarde... y el viento sacude los laureles. Entre humos y sombras regresa la n… La casa duerme, y yo, desvelada, descanso mi frente en la barandill…

¡Qué solitarias emergen las espigas de entre las ramas! Entre nubes, sus largos tallos al sol invocan.

Vuela como las golondrinas, vístete de mariposa, envuélvete en la brisa y ven a mí. Déjame ver tu

Dime hermana... ¿A dónde has ido? ¿Al cielo, a las nubes, a las estrellas?

¡Brotes de amor! en esa rosa blanca, sobre mi pecho.

Y... me di cuenta que soñaba, al instante de despertar.

Y esa hoja verde, solitaria y endeble, vaga en el agua.

Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!

Tanta nostalgia anclada en el recuerdo. Vid goteando, y el río desbocado en su frío deshielo.

Es como el tiempo, que plasmado en la piel, ¡se paraliza!