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La golondrina y el río

Fábula

 
Vuela aquella golondrina por los caminos del aire tratando de vencer a la sequía. Debajo, un río sediento y profundo
esperaba ansioso sus plegarias.
La golondrina sin rendirse, vuela y vuela en su afán de ayuda y sigue clamando con su melodía por una lluvia que no llega...
El canto poco a poco se fue convirtiendo en un triste lamento y su volar cada vez fue más y más  lento.
Y el río... el río ya no podía llorar, su fondo seco y áspero no tenía lágrimas.
¡El río tenía sed!
Adiós a aquellos días de aguas y peces en colores danzando con energía. La tristeza de ambos era tan inmensa que las lágrimas del pájaro comenzaron a caer en un último llamado de súplica.
De pronto y a lo lejos un fuerte sonido lleno de luz los sobrecogió.
—¿Qué fue eso?
se preguntaron
y de nuevo la misma imagen se fue repitiendo en un cielo oscuro, cada vez con mayor intensidad.
—¡Son relámpagos!
dijeron a la vez
—¡Vendrá la lluvia!
gritaron llenos de emoción,
cuando fuertes gotas de agua comenzaron a mojarles,
hasta convertirse en una gran tormenta.
A la frágil golondrina le pesaban sus alas y así, sin fuerzas, se vio envuelta en los fuertes vientos que la arrojaron bruscamente encima de esas aguas frías y torbellinas.
Un gran lecho de algas la arropó en un intento de protección.
Río y pájaro jugueteaban en un alborozo sin par y lloraban
abrazados en unas aguas cada vez más cálidas.
¡Había llegado la felicidad!
!Había triunfado la amistad!

Febrero 2019

#Fábula

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