Marinero de aguas mansas y profundas,
tu vida corre como corriente fría,
entre olas, cielo y mareas vagabundas
que se hunden, vienen y van con fantasía.
Marinero que bajo ese sol faenas,
con tu sonrisa triste y a veces tierna,
que con frío o calor sientes las sirenas,
o esa palpitante luz de la lucerna.
¡Marinero, marinero! con tu canto
y tu andar tan ondulante, donde el mar
es tu suelo y el cielo es tu gran cobija,
sabes abrazar la brisa, que con llanto
o risa esparces, para al viento lanzar
ese esplendor, que tanto te regocija.