¡Qué solitarias emergen las espigas de entre las ramas! Entre nubes, sus largos tallos al sol invocan.

Eras tres años menor, con tu risa reluciente, siempre estarás en mi mente, ¡te recuerdo con amor! Aunque todos te adoraran,

En su alma simple, cuanta veracidad encierra un Haiku.

En soledad el eco del silencio anida en mí.

Regreso como cada día por esa calle tan habitual, siempre a la misma hora, como inevitable rutina a la que nos somete la vida. Encima de mí, un cielo de invierno donde no se oye el cant...

Te observo lleno de años y de hist… decorando el final de ese sendero, y tú, árbol milenario te alzas fie… donde amarillas flores ríen gloria… Te miro y oigo todas tus memorias

¡Cuanta hermosura! río, árbol, viento, flor. Lluvia de abril.

¿El primer beso? fue el bello despertar de la inocencia .

Todo segundo, es parte del pasado en cada instante.

Lo irrealizable, lo imaginario o lo fantástico, es una posible utopía. Para mí,

Ese viejo árbol que yace junto al río no puede erguirse. La corriente lo inclina pero a su raíz, ¡no!

... Pero, me encanta oír cuando me llaman mamá, me enorgullece ver bailar a mi nieta, jugar con mis pequeñas y escucharlas decir “abuela”. Disfruto paseando a mi perro y anhelo en la p...

Esas niñas mías que tanto amé. Esa entrega incondicional y transparente,

Y esa hoja verde, solitaria y endeble, vaga en el agua.

Es como lluvia que cayéndonos sobre la piel no moja. Es negra oscuridad rebozante de luz.