Me revienta cuando tu disfraz se convierte en la ropa de trabajo y lo utilizas de tal forma que hasta tú mismo crees que es tu… No eres más que un niño llorón

Y salté. Me tiré desde el acantilado más al… Y el agua fría rompió mis huesos, y me quedé sin respiración, y sentí morir.

El día que mi musa murió, el cielo estaba apagado. La vida corría con frío, firme, a través del cristal. Una bengala de sueños

Madrid respira CO2 y nos culpa. Madrid sangra a diario y se mutila, y crece,

Quiero arrancarme el corazón, abrirme el pecho y vomitar entraña… quiero arrancarme el corazón, pegarle un mordisco y lanzarlo con… Quiero que sangren todas y cada un…

Mírame a los ojos, clava tu mirada oscura de acero incandescente. Y atraviésame. Como Medusa,

La cara que pones al despertar. L a de “algo me pasa”, la de “algo te pasa”. La de enamorado empedernido cuando te digo que te quiero

Cuando miro los edificios las calles y los bares las estrellas buscando resquicio la población y sus andares. La hora punta de la M-30

Y la próxima vez que te busque él irá a trabajar y tú lejos Esperará una nota en una mesa esta vez para leer

La niebla invade de nuevo el gris… y las gotas caen, y se estrellan, y se revientan como paracaidistas sin alma

“Lo tengo claro, me pongo delante… Y le dices, ¿qué? ¿Que te encanta? ¿Qué te vuelve loca? ¿Qué te mata?

No puedes hacer eso. No sabes hacer eso. No debes hacer eso. No vales nada. Nunca haces nada.

La pequeña Betty, la mentirosa, nunca dice la verdad, como su propio nombre indica. La pequeña Betty claudica. Y echa a volar.

Anoche soñé contigo, y me vi caer. Tus redes atrapaban de nuevo, mi historia después de todo.

Qué ignorante aquel que cree poseer la máxima verdad, que cree que en su ombligo redunda la inmensidad.