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Elegía por la humildad

Qué ignorante aquel
que cree poseer
la máxima verdad,
que cree que en su ombligo
redunda la inmensidad.
 
Qué poco sabio aquel
que pronuncia palatales lechosas
con una redundancia tal
que a cualquier oído
suenan horrorosas.
 
Qué idiota, imbécil
rozante de egolatría,
pedante, sin empatía,
vomitivo ser, pobre enemigo.
 
Qué sinsentido,
que vida triste
de aquel que se viste
con la ropa del amigo.
 
Qué anónimo ser
superior, en subconsciente
suyo y de un par más.
Qué hostia tienes,
que picajosa,
que en mi mente
lástima das.
 
Qué arpía,
cejosa imagen,
que cree
que todo bien hace
y no sabe
ni leer poesía.

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