De la vida he aprendido tan poco, tan poquito...
"Creo que siempre es preferible la neurosis a la imbecilidad."
— Rubén Darío
Ojalá pudiese aprender a usar todos los tiempos
para decir que sólo logro
extrañarme,
extrañarte,
extrañarnos.
Para decir que estar sin ti y contigo
son ambos
un estado de
condena,
adicción y
locura,
sumándole sus antónimos.
De la vida he aprendido tan poco, tan poquito
que no lograré jamás,
acostumbrarme al fracaso de
perderme,
perderte
y por sobretodo
el de habernos
perdido.
De la vida he aprendido tan poco, pero tan poquito,
que de infinitivos no sé nada:
no sé pensar,
no sé cambiar,
no sé llorar,
no sé buscar,
no sé reír,
no sé olvidar,
no sé triunfar,
no sé perder,
no sé volver;
y todos los verbos
que quieran sumar,
menos uno.
Porque lo poco, pero tan poquito
que he aprendido,
fue a amarnos,
y está conjugado
porque el infinitivo de este verbo
y el de todos los demás
no me servirían nunca
si no son contigo.
De la vida he aprendido tan poco, pero tan poquito
que por eso el verbo de este título
soy yo,
a la que encerraste
en tu pretérito perfecto compuesto
de la unidad de tiempo que tanto te gusta,
en la que me obligas a bailar en tu memoria
siempre
al ritmo de los futuros simples
mientras me estrello con mis presentes
que
sólo
llevan
tu
nombre .
De la vida he aprendido tan poco, pero tan poquito
que lo poco, pero tan poquito
que aprenderé infinitamente
será a amarnos
en todos los tiempos.
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