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EL SUICIDIO DE LOS AMANTES

Adiós,
no estamos solos,
quizá estamos heridos.
Encuéntrennos ocultos para siempre,
encuéntrennos ocultos y perdidos.
 
Tantas veces oscuros a la gente,
hechos nada, deshechos y vacíos.
Encuéntrennos ocultos para siempre
y más claros y siempre desvividos.
 
Adiós,
no estamos solos,
no estamos y no somos y no fuimos.
Desmedidos al alma, deshojados,
tan vacíos y superfluos y perdidos.
 
El destino que afianza nuestras almas
es maduro después que se desprende,
con dos vidas ajenas a los días,
con dos vidas ajenas para siempre.
 
Adiós,
fue en esta noche, fue en la nada,
nos fugamos al fin y por el filo,
al borde de una vida susurrante,
nos perdimos al siempre y no vivimos.
 
Adiós,
fue en este tiempo repentino
ahogados a un presente de recuerdos,
deshechos al vacío en que nos perdimos
y siempre, fuimos siempre peregrinos.
 
Adiós,
adiós al siempre o hasta nunca,
comienza nuestro fin en esta huída.
Y ya no habrá más voz,
ya no habrá sombra,
será diafanidad este silencio.
Todo ya sabe estar en su distancia,
nadie más va a morir
hasta su tiempo.
No hay nada en el destino desprendido.
Nadie es tan decisivo como el alma.

1986
De mi libro titulado "Posiblemente".

#adiós #amantes #suicidio

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