ODA PARA UN DESTINO INMACULADO
(Sobre la trascendencia del futuro)
Evoluciona el tiempo
su camino,
—torbellino sediento
de cinéticas formas
y hasta de circunstancias–.
El plazo se ha cumplido,
la tierra no descansa
en su lecho de espacio
que recorren las lunas.
El camino es el mismo
como un puente colgante
que nunca se descuelga.
Años habrá de todos,
habrá años de perderse
y de encontrarse.
Las cosas con un año
en su haber de recuerdos
serán como el amor
cambiantes siempre.
Tendrás un año tú,
serás distinta,
no serás como el polvo
monótono y austero,
no serás como el sol
que nunca se detiene...
Años habrá de ser
como tú eres,
de ser voz y sonrisa
para el que mira y oye.
Años habrá también
de hacernos sordos
para no comprender
que estamos ciegos.
Evoluciona el tiempo,
la vida y el camino.
Viajeros incansables
que cruzan el desierto
de relojes de arena.
Años habrá de estar
sedientos de desvelos
y años habrá también
de no soñar despiertos.
Tendrás un año tú
cuando digas mi nombre,
mi nombre legendario
de un año de importancia.
Cuando el polvo envejezca
y ya no sea como antes.
Cuando el reloj del tiempo
termine con la arena,
ya no tendré más años,
habré de desvivirme
con esta certidumbre...