Si un amigo traiciona se nos muere
un hermano elegido en nuestro afecto,
es con sorpresa descubrir abyecto
a un ser de luz que sin embargo hiere.
Fulgor que por brillar maldad requiere,
encandila, nos miente con su efecto,
es la ilusión de un alumbrar correcto;
así miran los ojos del que quiere.
Mas el brindar amor al que era hermano
y recibir vileza como pago
es una prueba de valor cristiano.
Perdonar al traidor aunque el estrago
dañara el corazón: ¡Tiendo mi mano
Jesús bebió del cáliz su mal trago!