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TRAVESÍA DE LAS NOVIAS PEREGRINAS

(Para Ada Zoe)

Un hada bendecida oyó los cantos
que un bardo interpretaba en lontananza
sin más fervor, sin mayor esperanza
que liberar al viento sus quebrantos.
 
Estrofas de una vieja y rota lira
que al desamor, sin saberse escuchado,
cantaba con el burdo desenfado
de un alma solitaria que suspira.
 
El hada buena ante tales querellas
que el vate tan lejano componía,
segura que era real melancolía
le decidió mandar treinta doncellas.
 
Treinta musas de un singular serrallo,
tres veces diez, ninfas del gineceo,
treintena del amor y del deseo.
Una por casi cada día de mayo.
 
De orígenes diversos, delicada
la tez de cada una. Seductoras,
de múltiple manera encantadoras;
reunirlas no fue fácil para el hada.
 
Con las dificultades que esto entraña,
volverlas terrenales pero ondinas,
que fueran adecuadas y divinas,
juntas las envió todas desde España.
 
Porque preso en las leyes de este mundo
el poder de las hadas es humano,
para llegar hasta un país lejano
tuvieron que cruzar el mar profundo.
 
El barco hizo una pausa en las Canarias.
Buscando femeninos accesorios
se ataviaron de prendas, de abalorios,
sendos ajuares, baratijas varias.
 
Mas reanudada la ardua travesía
la mar que era serena, alegre y lenta
se volvió tempestuosa. Hubo tormenta
y la nave perdió su “recta vía”.
 
Pasaron las semanas sin noticias,
silencio que auguraba un mal presagio,
la dicha que zozobra en un naufragio
ya nunca se consuma ¡Pero albricias,
 
el buque maltratado llegó a puerto!
Las novias fatigadas pero audaces
mostraron fortaleza. Pertinaces
siguieron su camino que era incierto.
 
La tierra del poeta es una inmensa
canasta de prodigios naturales,
pero sufre de muchos tristes males:
A censura y garitas es propensa.
 
“−¡¿Treinta novias para un destinatario?!
¡Qué inmoral! ¡Esto es vicio! ¡Esto es pecado!
¡Nosotros no admitimos de este lado
un promiscuo desliz tan temerario!”
 
Las musas en maniobra muy discreta
buscaron otras rutas peligrosas
para llegar y poder ser esposas
del hombre que ya amaban, del poeta.
 
Un día feliz las novias peregrinas
burlando toda norma mojigata,
o estúpida objeción por lo insensata,
llegaron a su nido, clandestinas.
 
Y desde entonces el poeta vive
feliz con su treintena de ilusiones.
Y al hada buena de sus bendiciones
le dedica estas líneas que ahora escribe.

(2015)

Pretende ser una crónica versificada de los trabajos que pasó para llegar a mi una hermosa colección de treinta pipas que amablemente me obsequió mi admirada amiga Poeta Ada Zoe a quien agradezco con todo el corazón.

#Doncellas #Esposas #Musas #Novias #Pipas

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