TU SONRISA DEVUELTA
Tu sonrisa devuelta me alivia soledades. Entre papeles y orden impuesto por las disciplinas del trabajo, me apoyaba en tus palabras entusiastas que llegaban escritas, dulces y estruendosas a sobresaltarme en la modorra de cualquier momento.
La discresión de estas redes sociales permitía nuesto diálogo afable sin testigos involuntarios. Unos minutos robados a los trámites urgentes jamás causaron menor daño.
Cuando te fuiste, enfadada con justicia por un mal entendido y mi torpeza, la jornada de labores fue de nuevo esa palabra fea: “empleo” y la volví a realizar mecanicamente. Ya no estabas para burlarte de mi seriedad y provocarme accesos de risa contenida; dejaste de prodigarme las alegrías constantes que detonaban mi amabilidad ante los otros.
Tu inmensa capacidad de perdón, me iluminó de pronto. Intempestiva como eres, acostumbrada a llegar sin solemnidades a ocupar el sillón imaginario donde me observas escribiendo sin interrumpir, aguardando paciente a que te mire, para refugiarme en tus ojos de esmeralda, esos ojos de niña curiosa e inquisitiva, capaces de maravillarse de cuanto yo miraba rutinario.
Tu sonrisa devuelta, secreta, como un imperdible rescatado de la acera, tesoro en mi bolsillo, me ha restituido el amor a los prójimos y el deseo ferviente de empapelar mi entorno de origamis slvestres sin que nadie se entere quién fue el responsable de tal ociosidad.
(2014)
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