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El Amigo

EL AMIGO
 
Entre un día
ha una casa humilde,
con aroma a perfume
de quebracho quemado,
y una tibia sensación,
de un hogar venerado,
me envolvía en nostalgia
por los años pasados
 
–Pase– Me dijo el anciano.
Un bastón de tronco
de árbol derribado
le servia de apoyo
a sus huesos gastados.
 
Y pensaba, muy dentro,
sin decir lo pensado
seguro fue sombra
de los años pasados
 
En su pobre aposento
de cobijas de harapos
abrigaba su osamenta
dolorido, gastado
 
 
Me senté en una silla
que tenia a su lado
y me dijo.-
Mijito tenga mucho cuidado
que la silla la ocupa
nuestro amigo cansado–
 
Quedándome sigiloso
un poco desconcertado.
 
Afirme con temor
pero muy educado
que mis ojos no veían,
al que estaba sentado
 
el viejito seguía,
con amor comentando .
 
—Si tus ojos no ven
lo que esta a tu lado
solo siente la brisa
y sabrás que a llegado.
 
El te quiere escuchar
que te anda pasando .
 
No soy yo el que sana …
es el que está sentado.
 
Por Alicia Ros

(1973)

Poema registrado y editado por Alicia Ros

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