Yo tengo un perrito
que se llama Kin-Kong.
Se lava la carita
con agua y con jabón.
Le corto sus uñitas,
las tiene prolijitas.
Se pone camiseta
y come su chuleta.
Yo tengo un perrito
que se llama Kin-Kong.
Duerme en mi cama
y se sienta en el sillón.
Le gustan los juguetes
tomar toda la leche.
Es un enamorado,
un perro muy malcriado.
Es vago, caprichoso
pero es un perro hermoso.
Kin-Kong es mi ovejero,
mi perro fiel que tanto quiero.
Por Alica Ros