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Santiago

Llanto

Era de mañana, abriste tu garganta cuando nos descubriste
Venías de las aguas, entre ángeles y hadas
 
Como adherido a mí, te deslizas entre mis dedos intentando decir algo
Destellos de luz y lágrimas
Llegaste de madrugada y te fuiste igual
Contigo se fue mi voluntad
 
Fue la luna pues le pertenecías
Te recuerdo en cada noche de lluvia, cuando entretenida la luna sobre las nubes, esconde su burlesco esplendor.
El vacío de tu alma descalza y fría me sofoca la garganta.
 
Cordero perdido, a donde fuiste a parar?
Escuchaste mi llanto como yo escuche el tuyo, pero ya era tarde y habías vuelto a ser luz de estrella.
Dolor y angustia fueron los testigos de tu despedida
Era necesario, mi amor? Porque se me derrite el corazón de amor por ti y no puedo verte, está todo muy oscuro
Si no fue necesario, te ruego por favor que huyas de entre las sombras
Yo aquí estaré esperando, así yo tenga que tomar tu lugar
Te pido que te liberes del silencio y regreses a mi
Te regalo a cambio mis manos y mi pecho.
 
No me veas así, esta no soy yo
Es solo la encarnación del dolor que se me sale de los poros
Solo escucha mi voz y regresa a mí, si necesitas un cielo, yo te lo pinto
Y cuando mi tiempo pase, puedes regresar al mar infinito de estrellas
Y con esto solo digo que daría lo que me resta de vida por sostenerte un minuto más.

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