DESPEDIDA
En en adiós ya estaba la bienvenida...
-Mario Benedetti
Te libero de mi amor intenso,
te puedes marchar con tu amor cobarde,
al lugar donde los dos fingen ser felices;
extrañando mis necedades,
suspirando para que en el aire
se escapen las ganas
de pronunciar mi nombre.
No me voy de ti, pero acepto tu huida,
tu miedo a que el corazón no mienta,
tu rabia cuando los celos superan al silencio,
tu afán por encontrar un remedio
para los bichos en la panza.
Parto en esta esquina
segura de que el la otra darás la vuelta,
alzarás la mirada del suelo
para ver que no estoy tan lejos,
que aun mi sombra limita con la tuya.
Te libero de mí,
de la utopía del amor por siempre;
pero también de mi mano extendida,
del beso tibio, del abrazo urgente,
de la sonrisa reconfortante,
de mi mirada siempre triste,
de la ternura a cada instante.
Ya está, no hay ataduras,
no pediré prórrogas asfixiantes,
tus labios y los míos en uno solo
serán parte del recuerdo.
Y para estar totalmente segura
de que nos arropa el olvido,
no sonrías, no digas basta,
no me aprisiones contra tu pecho;
para terminar de terminar,
por favor no sigas mintiendo.
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