Al entrar,
siento que nunca llego
vuelta y vuelta en espiral
me desespero;
quiero subir y me detienen
las líneas-franjas
(casi barrotes).
Respiro, espero,
me despliego y subo
-a b r i e n d o
y cerrando-
Llegando,
siento el aire, piso el suelo
La casi-última-puerta
(respirando)
Entro...
olvidando las franjas,
los pliegues, mi desaliento.
El espacio me abraza,
y me lleva
(casi de los brazos)
a mirar el cielo.
Y cuando ya no hay rayos de Sol,
o me cansan las mismas luces de los cerros;
entro más aún.
Ahora camino y solo miro,
la última puerta-vuelta,
que me espera (la mía)
Como un lugar lleno de espejos,
donde puedo mirarme sin ellos,
La habitación desnuda,
donde me encuentro,
-mirando el azul del cielo-
La realidad se desintegra
d e s v a n e z c o.