Te vi de lejos,
como quien camina buscando
resignado a no encontrar, pero busca!
Te vi de lejos y quise gritar,
quise llamarte,
verte-oírte;
que me vean esos ojos
que me conocen más,
pero tengo miedo
que veas más
de lo que quiero mostrar.
Te vi de lejos y quise gritar
¡Y grité! (sin voz)
Mi voz no te alcanzó,
mis palabras se perdieron
con el viento de hoy,
tan suave y ténue!
Corrí, pero mis pies
no se movieron,
me quedé inmóvil
ante tu recuerdo.
Y sé que podría correr,
y sé que te alcanzaría.
Entonces corrí,
pero no hacía tí,
sino a refugiarme en mis palabras
- esa mezcla de carbón
sobre este blanco,
que es mi cielo
¡Salvación! -
Ahora entiendo porqué
el viento estuvo así,
—tan suave y tenúe—
como tu presencia hoy.
Y te escribo... pero acaso me lees?
acaso me oyes?
acaso me extrañas?
Siento que te vas y ya no llego,
y ya... te extraño.