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COREX (Control de re-direccionamiento existencial)

COREX (Control de re-direccionamiento existencial)
Personajes:
El hombre del traje
Empleada
Secretaria
Asistente manager
Asistente en Jefe
Don Jerónimo
(Mujer del sueño)

(Hay un hombre con traje durmiendo a oscuras en mitad del escenario. Suena un horrible himno como el de una empresa y se prende una luz que ilumina al hombre del traje en el centro del escenario. El hombre del traje despierta y suena una grabación).

Grabación: “No. 10-364-26-00-10-480-30-900-42 Gracias a los datos suministrados por el programa “Inspector-life” de la corporación Google, usted será asignado a un nuevo mundo, en donde podrá llevar nuevamente una vida normal, como un individuo con un desarrollo optimo de su propia personalidad…
El hombre del traje: (Despertando)…¡Qué mierda!
Grabación: … Su lamentable muerte estaba establecida desde el día en que usted nació en el mundo en el que acabo de vivir…
El hombre del traje: … ¿Qué dice?
Grabación: … Desgraciadamente este es el sistema establecido y el único que le da un correcto funcionamiento a todo; en todos los mundos en los que usted viva siempre se agotara hasta la muerte, dejando su vida en ellos definida…
El hombre del traje: … ¿una pesadilla?
Grabación: … Pero no se afane, que aunque en estos momentos usted no está viviendo una existencia en un mundo particular, sí existe de un modo colectivo, formando parte de la unidad de memoria de esta maravillosa empresa, que se desvela en la eternidad para dar un orden a la apreciada existencia. Le rogamos que por favor agilice el trámite de su reencarnación en las oficinas del COREX, que se encarga del control de re-direccionamiento existencial. Nos despedimos de usted por ahora, pero recuerde que pronto será la próxima vez que usted regrese a esta base de datos. No olvide, escogeremos su nuevo mundo por tener las mejores posibilidades para usted, no las desperdicie, le deseamos otra placentera y feliz vida.

(Se apagan las luces).

El hombre del traje: ¿Qué fue eso?... ¿Dónde estoy?... ¿Qué fue lo que dijo?... ¿Estoy muerto?… (Suenan estremecedores ruidos de disparos y de perros) Ah! (Grita despavorido) ¡Horrible pesadilla! estoy muerto ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! (Llora) Estoy muerto ¡Perro hijueputa! Estoy muerto (llora desconsolado). ¿Dónde estoy?

(Se prenden las otras luces y de repente el hombre del traje esta en las oficinas del COREX. Una empleada entra y recibe al Hombre del traje).

Empleada: No. 10-364-26-00-10-480-30-900-42 bienvenido a Corex, control de re-direccionamiento existencial.
El hombre del traje: ¿Quién es usted? ¿En dónde estoy?
Empleada: Usted fue enviado por el sistema directamente hacía nosotros, porque agotó las posibilidades que tenía en su vida anterior; eso quiere decir que usted… murió.
(Pausa)
Sé que es difícil de entender, pero no se preocupe. Usted regreso a la base de datos y después esta lo envío directamente a nosotros para que le reasignemos una nueva vida, en otro mundo posible para usted.
El hombre del traje: (Mira a su alrededor) Yo no sé que me sorprende más, el sistema de cómo funciona todo o el hecho de que en verdad estoy muerto.
Empleada: No se preocupe, que igual ya le asignaremos una nueva vida, en un nuevo mundo, en el que podrá existir plenamente.
El hombre del traje: ¿Ustedes van a asignarme a un nuevo mundo?
Empleada: ¡Así es! Tome su turno, y ahora por favor siéntese y espere a que la señorita de la oficina lo atienda cuando sea mencionado.
El hombre del traje: ¿Esperar? No, no, no… ¿Qué es esto? ¿Y qué pasa si me niego? ¿Y si no quiero otra vida en otro mundo? ¿Qué pasa?
Empleada: ¡Esta bien! Pero antes de tomar esa decisión, le pido que por lo menos se dé la oportunidad de saber de qué trata la existencia en estos múltiples mundos.
El hombre del traje: (mira el turno) “El 104’000.640” ¡Qué!
Empleada: ¿qué es lo que le preocupa? ¿El tiempo? En este mundo usted no muere, no envejece, nada le acontece, y por lo tanto nada lo determina ni lo cambia; entes como usted no son capaces de soportar una eternidad en un mundo superior como este.
Secretaría: ¡Numero 50’034.300!
El hombre del traje: Hasta ahora van en el turno 50’034.300, ¿Qué voy hacer mientras espero? Me voy a volver loco de desesperación y aburrimiento.
Empleada: Si usted se sienta y se relaja seguramente revivirá las experiencias que vivió en los múltiples mundos en los que existió, igual como sucede en los sueños.
El tipo del traje: ¿Me está pidiendo que me siente y me duerma?
Empleada: La diferencia que hay entre los sueños de este mundo supremo y los sueños de esos mundos particulares, en los que usted ha vivido, es muy grande; acá los sueños son muy lucidos y muy reales, en este mundo no hay una barrera entre el plano onírico (de los sueños) y el de la vigilia (del estar despierto); le aseguro que usted no se va aburrir.
El hombre del traje: ¿Qué quiere decir?
Empleada: Quiero decir que, si usted se relaja y se duerme, seguramente podrá revivir recuerdos que vivió en sus vidas pasadas.
El hombre del traje: ¿De mis vidas pasadas?
Empleada: ¡Así es!
El hombre del traje: Bueno, eso suena interesante, tengo “vidas pasadas”. Pero… ¿Seguro qué cuando sea mi turno la niña de la oficina va aclarar todas mis dudas?
Empleada: ¡Así es!
El hombre del traje: Muy bien ¿Dónde espero?
Empleada: Sígame, ya lo acomodo.
El hombre del traje: Ahora que lo pienso, no recuerdo nada de la vida que acabe de pasar.
Empleada: Cuando usted muere, la muerte borra todos los recuerdos de las experiencias que usted vivió en el mundo en el que murió.
El hombre del traje: Entiendo... ¡Oiga! ¿Qué es exactamente usted? ¿Alguna vez existió en algún mundo?
Empleada: No, yo solo soy el programa protocolo del control de re-direccionamiento existencial.
El hombre del traje: ¿Eso quiere decir que usted siempre ha estado en este mundo?
Empleada: Siempre he estado aquí, como todos los que trabajamos en Corex.
El hombre del traje: ¿siempre… es siempre… siempre de eternidad?
Empleada: ¡Así es! nosotros siempre hemos existido en este mundo y nunca hemos experimentado la muerte. Estamos aquí programados para hacer nuestro trabajo, asegurando el equilibrio y el balance correcto de la existencia eternamente.
El hombre del traje: ¿No se aburre de estar siempre en este sitio haciendo lo mismo siempre?
Empleada: No. Al no experimentar más que esta constante labor, no tenemos más sentimientos que el placer que nos produce.
El hombre del traje: ¡Parecen robots o simples programas de computadora! pero usted no parece uno… usted tiene una personalidad definida.
Empleada: Muchos que vienen aquí como usted dicen que somos diosas, o ángeles o espíritus benefactores.
El hombre del traje: Usted me parece como a…
Empleada: Estoy programada para adquirir la personalidad y la conducta de la persona más amable que usted haya conocido en sus vidas pasadas.
El hombre del traje: Si decía yo qué… (La empleada le da un masaje y este queda pasmado) Ah! si… morir es muy tensionante.
Empleada: Ahora le pido que se calme y se relaje que el sueño lucido va empezar.

(Suena una vieja salsa *Ruben Blades– Por tu mala maña* y la luz cambia. Todo lo que pertenece al mundo de las oficinas de Corex se detiene y da apariencia de trance a un estado onírico. El Hombre del traje se para, se quita la corbata, abre el primer botón de su camisa, se pone un sombrero y unas gafas de sol; saca una navaja y se la mete al bolsillo. En ese momento entra una mujer y se miran en un instante preciso de reproche y culpa; él le da un beso en la frente, ella coge la corbata y se la vuelve a poner; lo besa y sale. El se quita el sombrero, las gafas y se sienta; apaga el cigarrillo y el trance acaba.
El hombre del traje, despertando del trance, se mete las manos al bolsillo y nota que no está la navaja).

El hombre del traje: ¡No lo puedo creer! Alguna vez fui mafioso.
Secretaria: Numero 104’000.640 (Pausa) ¿Esta acá el numero 104’000.640?
El hombre del traje: ¡Es mi turno! Perdón, disculpe.
Secretaria: Hola muñeco, siéntate por favor.
El hombre del traje: Gracias.
Secretaría: ¡Veamos!... Tú eres la existencia subjetiva número 10-364-26-00-10-480-30-900-42 ¿Es correcto?
El hombre del traje: ¿Numero qué?
Secretaria: ¡Amor no memorizaste tu número! Eso quiere decir que no servirías para vivir un mundo con un bio-mecanismo mnemotécnico. Pero no te afanes bombón, que aquí encontramos un mundo bien bonito para ti.
El hombre del traje: ¿Ustedes van a encontrar un mundo bonito para mí?
Secretaría: Sí muñeco, acá tenemos un mundo bonito para ti, pero primero hay que encontrarlo.
El hombre del traje: Eso quiere decir que voy a poder decidir cuál.
Secretaría: ¡No querido! un programa juez decide por ti, basándose en la información de tu conducta en tus vidas pasadas.
El hombre del traje: ¡Un momento! ¿A ustedes quién les dio derecho a juzgarme y a decidir por mí?
Secretaria: ¡Mira! Por favor escucha. Hay que mantener un equilibrio, si el orden se desestabiliza todo se viene abajo, y habría que reconstruirlo todo otra vez desde la nada.
El hombre de traje: ¡Mire! A mí no me importa el orden que ustedes establecen en sus mundos y existencias ¡Quiero que me dejen en paz! ¡Quiero salirme ya de esto!
Secretaria: ¡Mire señor! La única opción que le quedaría sería salirse voluntariamente del sistema; el único problema es que usted quedaría vagando en el inmenso caos.
El Hombre de traje: ¿Y qué quiere decir con “inmenso caos”?
Secretaria: ¡En la nada señor¡Quedaría usted flotando en la inmensa nada; en el vacío total. Y no crea que va durar la eternidad reviviendo sus experiencias, la nada misma se lo va a tragar y lo va a borrar de la existencia; así, como si la llama de un pequeño fosforo callera en un inmenso mar.
El hombre de traje: ¡Esta bien! Igual imagino que el tal juez debe dar juicios correctos.
Secretaria: ¡Claro bombón! El programa juez determinará qué clase de mundo puede ser bonito para ti.
El hombre del traje: La señorita, protocolo o como se llame, me dijo que de la base de datos fui enviado directamente acá; no me hablo de ningún juez.
Secretaría: ¡Así es guapo! Su existencia se reduce a la labor de recibir y enviar a nosotros existencias como la tuya. Tu eres remitido acá mientras tu información la revisa el programa juez.
El hombre del traje: ¡Bien! ¿Y Cuál es la sentencia del tal juez? ¿Y usted está programada para parecerse a qué tipo de persona?
Secretaría: A ninguna en especial muñecote. Solo nos falta que pongas tu huella acá; es solo para descargar la información de la vida que acabaste de vivir en el mundo 567b-269. Con esa última información, el juez dará su sentencia y podremos asignarte un nuevo mundo.
El hombre del traje: ¿Y tengo esperar más?
Secretaria: ¡Mira amor! Tienes toda la eternidad para vivir infinidad de experiencias y vidas distintas ¡No te afanes! Quién quita que en ese otro mundo al que te vamos a re-direccionar te encuentres a alguien como yo, que te consienta toda una vida.
El hombre del traje: ¡Bien! Tengo curiosidad por saber qué tipo de vida acabé de vivir ¿Donde pongo la huella? Es increíble que hasta en el otro mundo tengan mis huellas.
Secretaría: Bueno mi amor, ahora solo hay que esperar a que salga el fallo del juez. Si quieres puedes ir hablando con el asistente manager, para que el te explique cómo se hace el proceso de selección de mundo.
El hombre del traje: ¿Cómo así? ¿Todavía tengo que hacer más?
Secretaría: El asistente manager simplemente te va asesorar, para que puedas tomar una correcta elección sobre el mundo que vas elegir.
El hombre del traje: ¿Entonces si puedo elegir?
Secretaría: Pero solo podrás elegir entre tres o cuatro posibilidades, o quizás dos, o una… o tal vez nada.
El hombre del traje: ¿Y qué tengo que hacer para hablar con el asistente ese?
(Entra el Asistente manager con un café, se acomoda en su cubículo y se sienta a trabajar).

Secretaría: ¡Mírelo! Justo ahí llega. (Se dirige a la Empleada) Niña dele un turno al señor para hablar con el asistente manager. (Al hombre del traje) Ya la niña te ayuda bombón, muchas gracias por tu paciencia y tu comprensión.
Empleada: Tome, este es su turno para que lo atienda el asistente manager.
El hombre: También me toca esperar para hablar con el tipo ese…
Empleada: El programa asistente manager no es un “tipo” de existencia determinada como usted, solo es un programa…
El hombre de traje: ¡Mire! Cállese que ya me aburrieron sus historias sobre las existencias y sus mundillos ¿Por qué tengo qué esperar?
Empleada: Le pido que por favor conserve la calma, yo no puedo hacer nada más por usted, no puedo saltarme el protocolo.
Asistente manager: ¿Sucede algo señor?
El hombre del traje: Si hermano, llevo acá… no sé, creo que una eternidad y tengo que estar acá esperando a que se dignen a atenderme.
Asistente manager: (A la empleada) ¿Quién tiene que atender al señor?
Empleada: Le toca esperar el turno para que usted lo atienda señor.
Asistente manager: Está bien, yo lo atiendo, déjelo conmigo.
Empleada: Pero señor…
Asistente manager: Haga caso, siga trabajando. (Al hombre de traje) Que pena señor, entenderá usted que encontrar en este mundo un programa protocolo eficiente es muy complicado.
El hombre del traje: Sí, eso parece.
Asistente manager: Adelante, siéntese.
El hombre del traje: Muchas gracias.
Asistente manager: Usted es la existencia No…
El hombre del traje: (pausa incomoda) 10-364-26-00-10-480-30-900-42.
Asistente manager: ¡Muchísimas gracias! (La escribe en el teclado y mira en su monitor) ¡Ah! felicidades, acabo de cumplir su vida Numero 7351.
El Hombre del traje: ¡Qué! ¿He vivido 7351 vidas?
Asistente manager: Así es caballero, usted ha existido en 3700 mundos. Lo felicito, ha tenido una existencia prolongada.
El hombre del traje: ¿Prolongada? Un momento… sí yo siempre he existido ¿Por qué llevan la cuenta de mis vidas?
Asistente manager: ¡Verá! Existencias como la suya no son eternas, algunas son condenadas al vacío; simplemente dejan de existir y quedan para siempre en el olvido.
El hombre del traje: ¡Oiga! eso no me lo había dicho nadie.
Asistente manager: Si, algunos se vuelven locos cuando lo escuchan, pero no se preocupe, no creo que eso a usted le pase.
El hombre de traje: ¿Y por qué lo dice?
Asistente manager: ¡Veamos! Aunque se nota que a usted le encanta un poco el peligro y ha llevado existencias aventureras, peligrosas y a veces un poco fuera de los estándares, no es como para llegar al punto de borrarlo de la existencia.
El hombre del traje: ¿Qué es lo que está a fuera de los estándares?
Asistente manager: Pues verá, hay tipos de existencias que son demasiado corrompidas, y por eso el sistema las elimina.
El hombre del traje: Sí ¿Pero por qué las juzgan como corrompidas?
Asistente Manager: Hay varios motivos, uno puede ser que: una existencia subjetiva, como usted, en un mundo particular, con su conducta, rompe el equilibrio de este llevándolo a su destrucción; esa existencia será condenada al vacío.
El hombre del traje: Míreme ¿tengo cara de destruir mundos?
Asistente manager: ¡No, claro que no! Por eso le digo que es muy poco probable que usted sea condenado al vacío.
El hombre del traje: Bien, bien. Ya que eso está claro ¿Puedo elegir ya mi mundo? Porque si en algo tenía razón la señorita del protocolo o como se llame, es que existencias como yo no soportan estar en este mundo.
Asistente manager: Sí, es usted un tipo de existencia impaciente. Déjeme ya reviso. Veamos… no, todavía no ha salido el fallo del juez.
El hombre de traje: ¿Por qué no ha salido el fallo del juez?
Asistente manager: No sé. Usted entenderá que procesar cada acto voluntario que usted realizo, y todos los motivos que lo llevaron a realizarlos es muy difícil; déjeme decirle algo, usted en cada mundo en el que ha vivido siempre ha tenido libre albedrio, entienda que todo en un instante como usted lo quiere es muy complicado. En este mundo no existe el tiempo.
El hombre del traje: ¡Qué le pasa! Yo ni siquiera entiendo porque estoy acá, no sé en qué desgraciado momento me metieron en esto y, más encima de todo, tengo que aguantarme su mala actitud.
Asistente manager: ¡Vea! Yo ya estoy cansado de que usted siempre que viene es con la misma pedantería.
Hombre del traje: ¡Ah! Eso quiere decir que el servicio siempre ha sido una porquería.
Asistente manager: ¿Sabe usted cuantas veces me lo he tenido que aguantar? Le he dado la misma charlita 6035 veces de sus 7351 vidas ¡Yo me lo he tenido que aguantar 6035 veces!
Hombre del traje: Hermanito yo no tengo la culpa de que usted trabaje en esto.
Asistente manager: La anterior vez usted vino como un molesto wookiee, que había sido casa-recompensas en su última vida y armo un escándalo horrible en lengua wookiee. (Imita a un wookiee peleando. Entra el programa Asistente en jefe en ese instante y le dice en secreto al Asistente manager que el fallo del juez sobre la existencia No. 10-364-26-00-10-480-30-900-42, “el Hombre del traje”, ya está lista). Eso quiere decir que…
Hombre del traje: ¡Oiga! ¿Quién es usted? ¿Y por qué interrumpe mi conversación con el señor?
Asistente manager: El es el…
Asistente en jefe: Señor No. 10-364-26-00-10-480-30-900-42, su sentencia ya esta lista.
Hombre del traje: ¡Qué bien! Por fin me voy a poder ir de este lugar. Yo si sabía que tenía que haber alguien eficiente en este plano existencial.
Asistente en jefe: Siento mucho tener que decepcionarlo, el fallo no es como usted lo espera.
Hombre del traje: ¡Qué!
Asistente en jefe: Señor, lo siento, pero el fallo es que lo más recomendable es deshacernos de su existencia.
Hombre del traje: ¿Qué es lo que está diciendo?
Asistente en jefe: ¡Señor por favor! La señorita protocolo le va indicar donde es la salida del sistema.
Hombre del traje: ¿Qué le pasa? Usted no me puede sacar así. A mí primero me explican por qué me saca.
Asistente en jefe: ¡Señor! me va hacer activar el programa de seguridad, por favor retírese calmadamente.
Hombre del traje: ¡No señor! Ya le dije que no me voy ir de aquí hasta que me den una explicación.
Asistente en jefe: Usted no me deja otra alternativa, voy a activar el programa de seguridad.
Hombre del traje: No me importa.
Asistente en jefe: ¡Don Jerónimo!
(Entra don Jerónimo programa de seguridad).
Don Jerónimo: ¿Dígame jefecito para que soy útil?
Asistente en jefe: Don Jerónimo por favor acompañe al señor a la salida del sistema.
Don Jerónimo: ¡Claro jefecito! (Al hombre del traje) Hágame el favor de seguirme a la salida del sistema caballero.
Hombre del traje: ¡No me toque hermano! Que no estoy de humor.
Don Jerónimo: Caballero, por favor no me obligue a utilizar la fuerza.
Hombre del traje: ¡Le dije que no me tocara hermano! (Forcejean). ¡Que no me pienso ir sin una explicación!
Asistente en jefe: Don Jerónimo espere, (al hombre del traje) ¿Quiere oír por que el sistema decidió expulsarlo de la existencia señor?
Hombre del traje: Sí, quiero que me lo diga.
Asistente en jefe: Eso lo va torturar por lo que le queda de existencia.
Hombre del traje: ¡Dígame ya!
Asistente en jefe: Existencia No. 10-364-26-00-10-480-30-900-42 usted fue juzgado como una existencia particularmente peligrosa y dañina para la misma existencia, por lo tanto queda condenado a la expulsión de ella y a vagar en el eterno vacío.
Hombre del traje: ¡Estúpido juez, quiero apelar el fallo!
Asistente en jefe: Señor, acá no existe ese término. El fallo del juez es infalible y debe ser acatado al pie de la letra, además nadie quiere defender una existencia como la suya.
Hombre del traje: ¡Qué le pasa! exijo que se me trate como una existencia decente.
Asistente Manager: (confirmando los datos en el monitor) ¡Decente! Eso es lo único que usted no es. En su vida pasada usted fue un político corrupto, en un país de tercera categoría del mundo 567b-269. En él patrocino muchas empresas corruptas que contaminaron el ecosistema de este mundo, alterando su bio-mecanismo. Tenía negocios con traficantes de armas, narcotraficantes y tratas de blancas. (Todos en la oficina se asombran del escandaloso comportamiento que tuvo Hombre del traje durante su vida anterior) ¿Le parece poco?
Hombre del traje: No… yo… eso no… ¡usted me está tomando del pelo!
Asistente en jefe: Don Jerónimo por favor acompañe al señor a la salida.
Don Jerónimo: Claro jefecito, enseguida.
Hombre del traje: Espere un momento…
Don Jeronimo: Acompáñeme a la salida hermanito y no se me ponga arisco, porque ahí sí es que me activo en modo fuerza bruta y va hacer peor para usted.
Hombre del traje: ¡Suélteme! (al asistente en jefe) Oiga estúpido, quiero ver al tal programa juez.
Don Jerónimo: (Saca un arma y amenaza al Hombre del traje. Todos se sorprenden) ¡Le dije que se calmara hermanito, si no quiere que le habrá un hueco y le deje un vacío por el resto que le queda de existencia!
Hombre del traje: ¡Cálmese! ¿Por qué me amenaza con eso? Por lo que se nada en este mundo puede matarme, porque yo ya estoy muerto.
Don Jerónimo: ¿Quiere probarla?
Hombre del traje: ¡Está bien! Ya hago caso… solo baje esa cosa, la verdad no quiero probarla; parece que si causa daño.
Don Jerónimo: Sí, así es mejor y ahora se me retira del local.
(El programa de seguridad Don Jerónimo se lleva al hombre del traje).
Asistente jefe: Por favor todos vuelvan a su sitio de trabajo y que todo vuelva a la normalidad ¡Aquí no paso nada!

COREX (Departamento de Metafísica-orgánica)

Personajes:
Asistente instrumentalizada 1
Asistente instrumentalizada 2
Aplicante
Dr. Wilchez
El hombre del traje
Helena

(En los laboratorios del el departamento de metafísica orgánica, las asistentes instrumentalizadas 1 y 2 entran, con un Aplicante a un nuevo puesto, al laboratorio del Dr. Wilchez).
Asistente instrumentalizada 2: Adelante siga. Como vera, nosotros nos encargamos de mantener todo en perfecta sincronización, un pequeño descuido y… todo se viene abajo. Por eso su trabajo tiene que ser muy…
Aplicante: Se bien lo que me toca hacer.
Asistente instrumentalizada 1: ¿Estás seguro?
Aplicante: ¡Claro que sí!
Asistente instrumentalizada 2: Usted apenas empieza trabajar.
Aplicante: Vine con todo lo que necesito saber.
Asistente instrumentalizada 2: ¿Eso creé?
Aplicante: ¡Señorita “asistente instrumentalizada”! Yo soy un programa especializado, no entiendo qué hace usted dándome lecciones sobre mi trabajo.
Programa instrumentalizado 1: Un titulo no te determina ni te hace ser mejor existencia que otras ¡no seas arrogante!
Aplicante: ¡Claro que sí me determina! Me certifica como alguien especializado y capacita…
(Entra interrumpiendo el Dr. Wilchez)
Dr. Wilchez: ¡Buenas!
Asistente instrumentalizada 1 y 2: ¡Doctor!
Dr. Wilchez: ¿Ya llego la muestra que pedí a los grupos de exploración física?
Asistentes instrumentalizadas 2: Acabaron de llegar, ya están todas.
Dr. Wilchez: ¡Muy bien¡Usted debe ser el aplicante al nuevo puesto vacante que hay en nuestro querido departamento.
Aplicante: Sí, soy yo. Mucho gusto.
Dr. Wilchez: Es un placer, bien venido al departamento de metafísica-orgánica. Dejemos las presentaciones para después, alístese para trabajar.
Asistentes instrumentalizadas 1 y 2: Nosotras ya estamos preparadas doctor.
Dr. Wilchez: ¡Perfecto! Voy a traer el contenedor (Sale).
Aplicante: ¿Quién es ese?
Asistente instrumentalizada 2: Usted creé que es un programa especializado que se las sabe todas, pero no conoce al doctor Wilchez.
Aplicante: No se desgaste, igual no estoy para nada interesado en conocerlo a fondo.
Asistente instrumentalizada 2: El doctor Wilchez es nuestro jefe, el que solicito sus servicios en este laboratorio para calibrar el equipo mecánico.
Asistente instrumentalizada 1: El creo y esparció conflictos como el odio y el amor...
Aplicante: ¡Ah! él es famoso Roberto Wilchez.
(Entra el Dr. Wilchez con la muestra, que parece un cuerpo sin vida en una camilla).
Dr. Wilchez: Muchos hablan de mí. Soy considerado por muchos como un héroe.
Aplicante: Pues…muchísimas gracias por introducir el conflicto y el dolor en la existencia doctor Wilchez.
Dr. Wilchez: Se equivoca si creé que me siento orgulloso de habladurías insípidas.
Aplicante: Doctor, yo ya les deje claro a sus asistentes que no me interesa conocerlo a fondo.
Asistente instrumentalizada 2: Nosotras solo queríamos introducirlo y prevenirlo de las contrariedades de este mundo de ensoñaciones constantes.
Aplicante: No entiendo, ¿por qué insisten en actuar como mis tutoras jefes?
Dr. Wilchez: Lamento la actitud de mis asistentes, no les ponga mucho cuidado y, más bien, limítese a calibrar el equipo.
Aplicante: ¿No es mejor que las calibre a ellas?
Dr. Wilchez: ¿Acaso cree usted que en Corex desperdiciamos esfuerzos y recursos? (A las asistentes) Traigan el equipo.
Aplicante: ¿qué es esto doctor Wilchez? (Pregunta refiriéndose al cuerpo en la camilla).
Dr. Wilchez: A ciencia cierta, no se sabe si en la existencia hay una especie de “conciencia suprema o ser infinito”, “eternamente sabio”, que crea todo lo que existe y si este se ve a sí mismo como creador eterno de todo, o si este es inconsciente de su condición suprema y está simplemente perdido en una eterna ilusión.
Asistente instrumentalizada 2: (Llega con un maletín y un sobre). De hecho nuestros esfuerzos están centrados en encontrar a ese ser, el dato Jiva universal que sostiene y crea todo lo que existe. Este contenedor es de gran ayuda para la investigación.
Aplicante: ¡Ay! no lo puedo creer ¿me toco trabajar con los más dementes de toda la empresa?
Asistente instrumentalizada 1: ¡Tú no sabes lo importante que es para nosotros hallarlo! Si algo le llegara a pasar a este dato, la existencia que conocemos colapsaría.
Aplicante: ¡Yo no creo en supersticiones niña! Nunca he visto un ser o “dato jiva universal” que haya creado todo lo que existe.
(La Asistente instrumentalizada 2 le entrega el sobre al Dr. Wilchez).
Dr. Wilchez: Pues la verdad no espero conocerlo ni verlo nunca entre estos datos (se refiere extrañamente al sobre), aunque sea el preciado tesoro de esta ciencia.
Aplicante: ¿Entonces qué es lo quiere?
Dr. Wilchez: Los datos que usted ve esperando en la sala son sujetos experimentales de clase “1C”, y los qué me interesan son de tipo “9D”.
Asistente instrumentalizada 2: No se si usted sabe que los sujetos experimentales de tipo “9D” son existencias procesadas y juzgadas como corruptas.
Aplicante: ¡Otra vez!
(El Dr. Wilchez Abre el sobre y saca un disco).
Aplicante: ¿Un disco de datos?
Dr. Wilchez: Este disco de datos está lleno de conciencias experimentales de sujetos “9D”. En los sueños de estos datos está la clave para encontrar el dato jiva universal.
Aplicante: ¡Esta loco! ¿Qué hace usted con un disco lleno de datos peligrosos y virulentos? Hay que eliminarlos.
Dr. Wilchez: Usted cree que somos supersticiosos, pero no alcanza a imaginar todo lo que ignora al no conocer los sueños. (A las asistentes) Instalen el equipo. (Las asistentes instrumentalizadas sacan el equipo del maletín y empiezan a instalar el equipo en el cuerpo que reposa en la camilla).
Aplicante: Para nosotros no hay manera de acceder al mundo onírico, porque nosotros nunca dormimos, por lo tanto no conocemos los sueños… Doctor Wilchez, ¿Qué clase de maquina es esa?
Dr. Wilchez: Si encontramos ese dato no solo cambiaremos el modo de ver la metafísica-orgánica y todo el funcionamiento de Corex, sino que también podríamos cambiar nuestra existencia misma ¡Seriamos los seres más superiores! Estos son los condensadores de energía, por favor calíbrelos.
Aplicante: La existencia siempre ha sido tal y como es, y no creo que haya empezado con un dato individual que haya compuesto todo lo que existe; esos no son más que cuentos filosóficos y basura poética… (Revisando el equipo) Y ¿Por qué este equipo consume tanto voltaje? Consume la energía de tres mundos ¿Qué es esto Doctor Wilchez?
Dr. Wilchez: no es raro que alguien como usted desprecie la lengua filosófica y la poética; es normal que usted las desprecie porque no ha podido acceder al plano onírico todavía. No perdamos más el tiempo, calibre la maquina por favor.
Aplicante: (Manipulando la maquina) Quiere decir que usted si ha podido acceder al mundo de los sueños ¿A caso usted puede inducirse al sueño?
Dr. wilchez: No se preocupe, que ya lo va a entender bien. Incluso va entender que nada es eterno y que todo tiene un final en la existencia. Ningún ser de la existencia escapa de la inexistencia, todos llegan al punto en que la consumen toda.
Aplicante: Eso no es cierto, yo siempre voy a estar aquí, como usted, haciendo eternamente lo que nos corresponde hacer.
Dr. Wilchez: Nosotros lo ignoramos porque estamos programados para hacer este oficio, que nos es indispensable, por siempre; nuestras necesidades existenciales se reducen a este, por eso nunca dormimos ni adquirimos experiencias diferentes a nuestra labor constante. Si yo lograra diseñar una maquina que nos lleve al mundo de los sueños, comprobaría la teoría de qué hay una existencia superior a la nuestra, y también que nosotros, los programas funcionaros en Corex, experimentamos un triste final.
Aplicante: Su máquina ya quedo calibrada, no quiero perder más el tiempo escuchando sus locuras; deseo que logre todo lo que ambiciona doctor Wilchez. Con su permiso, me retiro.
Dr. Wilchez: ¿No quiere saber qué es esta máquina?
Asistente instrumentalizada 2: El Dr. Wilchez inventó la manera de introducir existencias, como nosotros, en el plano onírico; él logró introducirnos en la conciencia de los datos jivas, dándonos la oportunidad de experimentar con ellos vivencias excitantes y el miedo a la muerte que en los mundos experimentan.
Aplicante: Doctor Wilchez, dígame: ¿es verdad que usted invento la manera de introducir existencias como nosotros a un estado de sueño?
Dr. Wilchez: ¡Así es! Yo diseñe e invente una maquina que nos introduce en el plano onírico.
Aplicante: ¿Cuál maquina? ¿Esta? (Refiriéndose al equipo que calibro y que las asistentes instalaron en el cuerpo que trajo el Dr. Wilchez en la camilla).
Dr. Wilchez: La conectamos a esta materia (se refiere al cuerpo en la camilla), que actúa como recipiente; ponemos este disco en donde está la conciencia del sujeto experimental “9D”, en la que nos vamos a introducir; nos conectamos nosotros mismos, la encendemos y estamos a dentro.
Apicante: ¡No lo puedo creer! ¿Qué clase de loco es usted? ¿Cómo se atreve a inventar algo que pisa territorio sagrado y eternamente prohibido para nosotros?
Dr. Wilchez: ¡Yo mismo voy a dar la recomendación para que no le den el puesto en el departamento y para que lo reprogramen, si no cambia esa actitud que impide el sano desarrollo de esta ciencia!
Aplicante: Que inconveniente es usted doctor Wilchez.
Dr. Wilchez: No quiero que crea eso, por eso lo invito a probarla. Ahorita me llego esta muestra, que según mis exhaustivas investigaciones, puede revelarnos alguna pista del dato jiva universal que buscamos.
Aplicante: Y yo quiero demostrarle que no tengo ninguna actitud que impida el desarrollo de esta ciencia, así que: ¡Esta bien! La voy a probar.
Dr. Wilchez: Espere busco el dato y la encendemos… veamos…(Busca el dato en la maquina).
Asistente instrumentalizada 2: Es el No.10-364-26-00-10-480-30-900-42 doctor.
Dr. Wilchez: ¡Sí! aquí está.
Asistente instrumentalizada 1: (Se dirige al Aplicante) déjame ayudarte (lo acomoda y lo conecta a la maquina mientras el doctor Wilchez también se acomoda y conecta el mismo a la maquina).
Aplicante: Si usted llega a probar lo que dice, seguramente experimentare el sueño.
Dr. Wilchez: Ya lo va a ver bien, póngase cómodo.
Aplicante: Espero no volverme igual de loco a usted nunca.
Dr. Wilchez: Prepárese, porque el sueño lucido va a comenzar ¡Enciendan la maquina!
Asistentes instrumentalizadas 1 y 2: ¡Sí, señor!
(El Dr. Wilchez y el Aplicante quedan dormidos. Todo el mundo del departamento de metafísica orgánica de Corex se detiene y entra otra vez en un estado onírico. El hombre del traje se despierta y se para de la camilla, el siempre fue la muestra. Mientras despierta el hombre del traje, el Dr. Wilchez y el Aplicante también lo hacen. El Aplicante dándose cuenta que el Hombre del traje se levanta de la camilla entra en pánico).
Aplicante: ¡Qué horror! Esa cosa inerte acabo de levantarse de la camilla.
Dr. Wilchez: Silencio, (El hombre del traje los nota). Demasiado tarde.
(El hombre del traje se ve un poco aturdido, pero después de un momento reacciona y se envuelve en el sueño).
El hombre del traje: ¿Doctor?... ¿podría decirme usted qué me pasa?
Dr. Wilchez: ¡Si claro! Pero por favor, dígame: ¿qué es lo que siente?
El Hombre del traje: …Ya recurrí a todo tipo de alternativas y ninguna funciona; nadie me dice lo que tengo exactamente. ¡Vera! Desde que soy muy niño veo una persona que nadie más ve, y la conozco como cualquiera que conoce bien a un familiar cercano; de hecho crecí junto a ella y siento demasiado aprecio por ella, aunque no sea más que una ilusión mía.
Dr. Wilchez: Entiendo, ¿Y ve más cosas que los demás no puedan ver o creé que experimenta más cosas fuera de lo común?
El hombre del traje: Bueno sí, aunque solo la veo a ella, siempre hay una estrella flotando encima de su cabeza. Son las únicas cosas que siento fuera de la realidad.
Dr. Wilchez: ¿Es una mujer?
El hombre del traje: Si.
Dr. Wilchez: ¿Está aquí?
El hombre del traje: No, esta a fuera esperándome.
Dr. Wilchez: Hágala seguir por favor.
El hombre del traje: Esta bien doctor, ya la traigo.
(El hombre del traje sale a buscarla).
Dr. Wilchez: Siga el juego y no se involucre tanto, porque cualquier decisión que tome el sujeto experimental en este plano puede llevarnos a todos, en un instante, a una horrible tragedia.
Aplicante: ¿Quiere decir qué en este mundo también experimentamos la muerte?
Dr. Wilchez: Sí, en el plano onírico de este mundo todo lo experimentamos de forma muy lúcida y real; muchas veces es una experiencia espantosa y dolorosa.
Aplicante: ¿Qué pasa si uno muere?
Dr. wilchez: Aparte de la horrible experiencia, lo más probable es que lo saque inmediatamente del sueño.
Aplicante: ¡Ahí viene! Pero viene solo.
(El hombre del traje entra solo).
El hombre del traje: Doctores.
Dr. wilchez: Y bien ¿está la mujer aquí? ¿Ahora?
El Hombre del traje: Sí, en este instante los está saludando, dice que está muy agradecida por su labor.
Dr. Wilchez: ¡Muchas gracias! Dígale que es un placer realizarla ¿tiene nombre? ¿Cómo se llama?
El hombre del traje: Yo le puse Helena la primera vez que nos vimos, porque no tenía nombre, así que yo se lo puse.
Dr. Wilchez: Es un placer conocerla Helena, aunque no podamos verla.
El Hombre del traje: ¿Helena para dónde vas? Los doctores quieren conocerte.
Dr. Wilchez: ¿Qué paso? ¿Helena se retiro?
El Hombre del traje: Si, dijo que tenía que hacer algo importante, pero que no demoraba ¿Qué opinan doctores? ¿es normal?
Dr. Wilchez: No se preocupe, esto tiene solución con una pequeña lobotomía y con unos pequeños injertos onto-orgánicos.
El hombre del traje: ¿Una lobotomía y qué? ¿Y eso para qué sirve?
Aplicante: Pues… para que deje de ver apariencias que no existen en este mundo.
El hombre del traje: ¡Esta loco! Yo no quiero que hagan desaparecer a Helena. Solo quiero saber que tengo.
Aplicante: ¡Pues es usted una existencia esquizofrénica!
El hombre del traje: ¡No! estoy totalmente seguro de que yo no estoy loco ¡Medico de pacotilla!
Dr. Wilchez: Es cierto, no puede ser esquizofrenia, porque él no ve ni experimenta más cosas fuera de lo normal aparte de Helena y su estrella. Déjenos intercambiar puntos de vista y enseguida volvemos con una conclusión correcta. Puede ser un pequeño tumor en su cabeza.
El hombre del traje: ¡Olvídelo! Voy a buscar otra opinión.
Dr. Wilchez: Por favor no se precipite, es normal que un medico sin experiencia sea imprudente a veces. Yo le aseguro que vamos a dar con su problema.
El hombre del traje: ¡Esta bien! Pero quiero que usted se apersone de mi caso doctor…
Dr. Wilchez: ¡Wilchez! Es un placer. Voy a retirarme un momento con el doctor y ya regreso con usted.
El hombre del traje: Por favor no se demore.
(El Aplicante y el Dr. Wilchez se apartan del hombre del traje y lo dejan solo, pero se esconden en un punto donde lo pueden espiar. El sueño toma un aspecto diferente, el Hombre del traje se siente incomodo y empieza a vigilar como si lo estuvieran acechando).
Dr. Wilchez: Por favor, le recomiendo no alterarlo si no quiere experimentar un desagradable final y, lo peor, que nos saque del sueño.
Aplicante: Muchas gracias doctor Wilchez por traerme a la mente esquizofrénica de un dato criminal, y lo más desagradable es que en este mundo puede hacernos daño… por cierto ¿Qué es este mundo?
Dr. Wilchez: ¡Cálmese! Ya averiguo donde estamos exactamente con la computadora de mano (mira la computadora). Ahora estamos en los recuerdos que vivió la existencia No.10.364.26.00.10.480.30.900.42 en el mundo 567b-269.
Aplicante: ¿Y qué buscamos acá doctor Wilchez?
Dr. Wilchez: Cualquier indicio inquietante que llame la atención.
Aplicante: ¿No le parece suficiente con ser el científico, ingeniero y programador de la existencia que invento la manera de que seres como nosotros podamos acceder al mundo onírico y podamos experimentar lo que experimentan los datos jivas?
Dr. Wilchez: ¡Eso me tiene sin cuidado!
Aplicante: ¿Doctor Wilchez que es lo que ambiciona usted?
Dr. Wilchez: Yo solo quiero descubrir el enigma de la existencia y saber cómo funciona todo ¡Quiero saber la receta de todo lo que existe!
Aplicante: ¡Doctor! La sabia naturaleza funciona perfectamente, y en secreto oculta cosas misteriosas e inaccesibles, porque tal vez es mejor que estén ocultas para nosotros. No busque y desate algo que después usted no pueda controlar.
Dr. Wilchez: Mi interés es puramente científico. Si logro ver algo verdadero, algo cierto de lo que pienso, mi existencia cumplirá su objetivo. Siempre iré más allá de todos por eso, porque busco en terrenos inhóspitos y prohibidos.
(Entra una mujer con una estrella flotando en la cabeza, es Helena, el Dr. Wilchez y el Aplicante no la notan, sin embargo el ambiente cambia).
Aplicante: Doctor Wilchez ¿para qué quiere el dato jiva universal?
Helena: Ya volví.
Dr. Wilchez: Pues para…
El Hombre del traje: ¿Hiciste lo que tenías que hacer?
(El doctor Wilchez y el Aplicante se sorprenden al ver otra vez al Hombre del traje hablando solo).
Aplicante: Otra vez está hablando solo.
Dr. Wilchez: Silencio.
Helena: Sí, y cada vez me asombro más de lo complejo que eres. No pude encontrar nada.
El Hombre del traje: Helena, yo te amo y daría la vida por que los demás pudieran verte, porque no fueras solo una ilusión mía.
Helena: Todo y todos aquí no son más que ilusiones tuyas, son pura ensoñación tuya.
El hombre del traje: ¿Entonces por qué no logro hacer que los demás te vean?
Helena: Porque yo soy lo único que realmente no es una ilusión en ti.
El hombre del traje: Pero… ¡Helena! ¿De qué me sirve amarte si no puede ser real para mí?
Helena: Tus ilusiones son reales para ti y yo siempre he querido compartirlas contigo, pero no puedo ser parte de ellas, porque para ti y para ellas no soy real.
El hombre del traje: Helena yo no quiero estar más aquí, quiero estar contigo en una parte en la que podamos estar tranquilos y felices siempre.
Helena: Siempre vamos a estar juntos tú y yo, nosotros somos lo principal, siempre seré feliz a tú lado.
El hombre del traje: Tal vez si muero pueda ir a una parte donde tú y yo podamos estar juntos, sin que nadie dude de mi cordura.
Helena: Si mueres es totalmente seguro que nos volvamos a encontrar en otra vida; pero no te aseguro que sea la próxima y que estemos tú y yo solos.
El hombre del traje: ¡Entonces no quiero morir! No quiero separarme de ti y tener que esperar una eternidad, sería un infierno.
Helena: ¡Infierno que tú creas!
El hombre del traje: Sí, pero no sé cómo salir de él.
Helena: Una vez hubo un mundo donde solo estábamos tú y yo, pero nada pasaba aparte de eso; estábamos los dos juntos en la eternidad y no había nada más. Yo siempre me maravillo con tus creaciones, es lo único que me ayuda a soportar estar aquí para siempre. Tú eres un alma animada y sorprendente, y por eso siempre te voy a amar.
El hombre del traje: (conmovido) Helena, llévame a ese mundo otra vez por favor.
(Helena nota algo raro).
Helena: ¿Estas con alguien?
El hombre del traje: No, estamos solos tú y yo, me gusta estar a solas contigo; podría vivir toda la eternidad en ese mundo que dices, en el que estoy contigo a solas.
Helena: Ya llegara el momento en que de verdad quieras volver a él y seremos felices los dos solos; pero después te aburrirás de él y vas a querer perderte en ti mismo otra vez.
El Hombre del traje: Siempre dices eso, que algún que un día volveré a estar en ese mundo contigo ¡Ese es mi sueño anhelado! Pero después dices que me aburriré de ti ¡Eso no puede pasar!
Helena: Eso va pasar eternamente.
El hombre del traje: Helena, me duele no poder hacer nada al respecto.
Helena: Tú eres lo más bello, eres lo único, tu luz ilumina en mi vacio, sin ti simplemente seria nada.
El hombre del traje: Aunque no seas algo real, tu eres la que me motiva a existir. Me encanta la estrella que flota en tu cabeza.
Helena: Eres tú iluminándome. (Helena se da cuenta de los dos espías) ¿Quiénes son las dos personas que están contigo?
El hombre del traje: ¿Conmigo? ¿Dos?
(El Dr. Wilchez y el Aplicante se exaltan).
El hombre del traje: ¿Quién está ahí?
(Sale el Dr. Wilchez seguido por el Aplicante).
Dr. Wilchez: Señor, ya tenemos su diagnostico.
(El hombre del traje saca un arma y la apunta al Dr. Wilchez; él y el Aplicante se alarman).
Dr. Wilchez: ¡Wooow! Tranquilo. Por favor cálmese y no me haga daño.
El hombre del traje: ¿Quiénes son ustedes y como se metieron en mi casa?
Helena: Son los doctores que te atendieron en el hospital psiquiátrico.
El hombre del traje: ¿Qué hacen aquí?
Helena: Ellos dos no deberían estar en este lugar.
Aplicante: Señor cálmese, vinimos porque tenemos un diagnostico de su enfermedad.
El hombre del traje: Helena dice que ustedes dos no deberían estar aquí.
Dr. Wilchez: Lamentamos interrumpir así en su casa, dígale a la señorita Helena que lamentamos la abrupta interrupción.
Helena: (Sorprendida) Ellos no pertenecen a este mundo.
Hombre del traje: Helena dice que ustedes no pertenecen a este mundo…
El hombre del traje, el Dr. Wilchez y el Aplicante: (al tiempo) ¡Qué!
Helena: La primera vez que los vi se me hicieron raros, me llamaron mucho la atención. Esta vez estoy segura de que ellos no son de este mundo.
Dr. Wilchez: No entiendo porque lo dice. Creo que no es el mejor momento, es mejor que nosotros nos retiremos.
Aplicante: Sí, es mejor, después pasamos cuando sea un buen momento.
Helena: Ellos son del control de re-direccionamiento existencial ¿qué hacen acá?
El hombre del traje: ¡Ustedes dos no van a ningún lado! (A Helena) ¿De dónde dijiste que eran?
Aplicante: Del hospital psiquiátrico señor.
El hombre del traje: ¡Cállese!
Helena: Del control de re-direccionamiento existencial, son programas funcionarios en Corex.
El Hombre del traje: ¿Corex? (El Dr. Wilchez y el Aplicante se sorprenden al escuchar decir al hombre del traje el nombre de la empresa) ¿Qué es eso?
Dr. Wilchez: ¿Dígame donde escucho ese nombre?
El hombre del traje: ¡Que se calle hermanito!
Helena: ¡Baja el arma!
El hombre del traje: ¿Por qué? Tú nunca me dices que debo hacer.
Helena: Quiero saber cómo y por qué están en este lugar.
El hombre del traje: ¡Está bien! Adelante, siéntense (Los sienta a los dos frente a una mesa). Yo también quiero saber que está pasando y qué es “Corex”. (Se sientan y el hombre del traje baja el arma).
Dr. Wilchez: Precisamente nosotros también queremos saber de dónde lo escucho.
El Hombre del traje: ¡Que se calle! Aquí en mi casa yo hago las preguntas, ¿Helena qué es Corex?
Helena: Es un órgano tuyo, es la parte creadora que hay en ti.
El hombre del traje: Helena dice que Corex es un órgano mío y que ustedes hacen parte de mi, ¿Es cierto?
Helena: ¡Lo es!
El hombre del traje: Entonces si estoy loco, porque veo más cosas que no existen y que hacen parte de mi.
Helana: ¡Qué no! Ellos no pueden verme a mí tampoco, porque también son ilusión tuya.
Aplicante: La verdad no entendemos bien lo que dice. Para nosotros Corex es una empresa, ubicada en otro mundo, que se encarga de mantener la existencia en equilibrio y deviniendo en todo momento. Nosotros hacemos parte de esa empresa, trabajamos ahí diseñando mundos como este y estrategias para mantenerlos estables.
El hombre del traje: (Desternillado de risa) ¡Qué increíble cuento de ciencia ficción me acabo de echar usted! ¿Qué clase de frikis son ustedes?
Helena: Algunas cosas de las que dice son ciertas.
El hombre del traje: Helena dice que no me están diciendo toda la verdad.
Helena: ¡No, eso no! Ellos dicen su verdad, pero no se dan cuenta de que su verdad es una pura apariencia, lo ignoran todo.
Aplicante: Todo lo que le decimos es cierto, no sé en qué estamos mintiendo.
El hombre del traje: ¡Esta bien! Si todo es cierto ¿Qué hacen aquí? ¿Qué es lo que quieren conmigo?
Helena: Sí ¿Qué hacen este lugar?
Dr. Wilchez: Usted es un tipo de existencia muy importante para nosotros. Usted puede ayudarnos a desarrollar investigaciones que en un futuro pueden ayudar a la existencia a ser más operante y generosa; no solo eso, también podremos evitar una catástrofe o un colapso de la existencia gracias a usted. (El Aplicante mira disgustado al Dr. Wilchez).
El hombre del traje: ¡Qué! ¿Usted me creé pendejo? ¿Creé que yo me voy a convertir en su rata de laboratorio?
Dr. Wilchez: De hecho, es lo mejor que puede hacer. Usted es un tipo de existencia que fue procesada y juzgada por el sistema como corrupta; y por eso fue condenado a la inexistencia y a desintegrarse en el vacío.
El hombre del traje y Helena: (Al tiempo) ¡Qué!
Dr. Wilchez: Usted fue condenado a desaparecer en la nada, a no existir. Pero nosotros podemos ayudarle.
El hombre del traje: No creí que hubiera gente más loca que yo.
Helena: ¡Tengo que irme ya!
El hombre del traje: ¿Qué pasa Helena? ¿Por qué ahora?
Helena: No te preocupes ya nos veremos otra vez.
El hombre del traje: ¿A dónde vas?
Helena: ¡Muy lejos! Lo más lejos posible. Tal vez demore; tal vez no volvamos a vernos en esta vida.
El hombre del traje: Helena tú no me puedes dejar así, no me puedes abandonar. Si te vas, todos van a caer encima de mí ¡Voy a morir! (Se apunta con el arma).
Dr. Wilchez: ¡No! Espere, no lo haga. Por favor díganos donde escucho el nombre de Corex.
Helena: (Se acerca al hombre del traje, lo besa y le hace bajar el arma) No te preocupes, te aseguro que en un próximo nivel de tu existencia te encontrarás conmigo y estaremos los dos solos.
El hombre del traje: No Helena, por favor no lo hagas, no te vayas.
Helena: Siento causarte daño ahora, pero es por algo mejor. Te juro que ya pronto nos veremos y seremos felices tú y yo, juntos sin nadie más.
El hombre del traje: Prométemelo, pronto estaremos juntos una eternidad, tu y yo solos en ese mundo del que tanto me hablas.
Helena: Te lo prometo. (Sale y se va).
El hombre del traje: Helena ¡No!
Dr. Wilchez: ¿Qué pasó? ¿Helena se fue?
El hombre del traje: Sí, por culpa de ustedes. (Les apunta otra vez con el arma).
Dr. Wilchez: ¡Oh! Tranquilo. (Se empiezan a escuchar estruendos, perros y gente entrando en la casa, como en una redada).
Aplicante: ¿Qué pasa?
El hombre del traje: Es una redada, vienen por mí, me van a matar. (Se cubre mientras apunta desde una puerta).
Dr. Wilchez: (Al Aplicante) Creo que vamos a morir. (Al hombre del traje) ¡Escuche! ¿Dígame por qué Helena sabía el nombre de Corex?
El hombre del traje: No sé de dónde lo saco y simplemente quiso irse ¡Debería meterles un tiro aquí! ¡Ya mismo! (Les apunta con el arma).
Dr. Wilchez: ¿Pero antes dígame en qué momento decidió irse y por qué?
El Hombre del traje: Apenas a usted se le fue la lengua diciendo que yo había sido condenado a no existir. Es que voy a meterles ya su tiro para vengarme, y de paso me lo meto yo; igual ya estoy muerto.
Aplicante: ¡Vamos a morir!
Dr. Wilchez: Por favor no nos vaya a matar, antes…
(El hombre le dispara al Dr. Wilchez, el Aplicante grita horrorizado y el hombre del traje lo mata también; entran los perros y suenan disparos. Todo entra en trance otra vez, el sueño culmina y vuelven al mundo de Corex. El Dr. Wilchez y el Aplicante se despiertan).
Aplicante: (Despertando) ¡Ah! (Grita horrorizado) ¡Me mató! ¡ese maldito me mató!
Asistente instrumentalizada 1: ¡Cálmate por favor! Sólo fue un sueño.
Aplicante: ¿Qué fue todo eso?
Dr. Wilchez: Ese dato jiva corrupto sabía de la existencia de Corex.
Aplicante: No, su loca visión sabía de nuestra existencia.
Dr. Wilchez: ¿Qué era eso? ¿Qué era la tal Helena?
Asistente instrumentalizada 1 y 2: ¿Helena? ¿Helena?
Dr. Wilchez: No era solo una loca visión, sabía lo que somos y lo que hacemos.
Aplicante: Sí. Ella sabía lo que somos, pero nosotros no pudimos enterarnos lo que ella era.
Dr. Wilchez: Examinemos el registro de la conciencia del dato jiva.
Asistente instrumentalizada 1: Doctor, la maquina no prende, se fundió.
Dr. wilchez: Eso no puede ser.
Aplicante: (Revisando los fusibles) Parece que se quemo, no entiendo como ese dato es capaz de generar una falla de energía en fusibles que soportan la de tres mundos, se quemaron por una sobrecarga.
Dr. Wilchez: Eso tampoco lo pudo hacer un simple virus.
Aplicante: No, no existe un virus tan poderoso.
Dr. Wilchez: Ni un dato tan poderoso.
Aplicante: ¿Sus asistentes no guardaron registro?
Asistente instrumentalizada 2: cuando la maquina está funcionando nosotras hacemos parte del equipo, nostras lo mantenemos estabilizado. Eso gasta toda nuestra energía y no tenemos momento para hacer memoria.
Aplicante: Entonces, ¿por qué no se fundieron ustedes también?
Dr. wilchez: Yo instale una programación de protección contra fallas eléctricas. Si Helena no era un virus ¿Qué era exactamente? ¿Y qué tipo de dato es la existencia No. 10-364-26-00-10-480-30-900-42?
Aplicante: No lo sé.
Dr. Wilchez: Es probable que esta existencia ¡Sea el dato jiva universal!
Asistente instrumentalizada 1 y 2: ¡Cómo!
Asistente instrumentalizada 1: Por fin nuestros esfuerzos están dando fruto.
Asistente instrumentalizada 2: No era para esperarse menos del Dr. Wilchez.
Aplicante: ¿Y ahora usted por qué saca esa loca teoría?
Dr. Wilchez: Piénselo bien, si no son un dato jiva ni un virus ¿Qué son?
Aplicante: No, no son ni un dato jiva, ni un virus, ni un programa funcionario de Corex. Son un tipo de existencia muy poderosa e incontrolable, que tienen la capacidad de generar la energía de más de tres mundos a la vez.
Dr. Wilchez: ¿Qué son? Sabemos que su ilusión “Helena” nos reconoció, pero nosotros no a ella; también, sabemos que la conciencia del sujeto experimental 9D No.10.364.26.00.10.480.30.900.42 puede generar billones de voltios de energía; y por último, también sabemos qué Helena desapareció justo cuando yo le dije al sujeto que estaba condenado a la inexistencia.
Asistente instrumentalizada 1 y 2: ¿Helena? ¿Helena?
Aplicante: Sí, fue en ese momento en el que todo empezó a colapsar ¿Y qué pasa?
Dr. Wilchez: El dato jiva, del que ya sabemos nosotros que es un tipo de existencia poderosa y superior, podía ver algo que nosotros no. A Helena no la podíamos ver porque para nosotros no era nada, no había nada y la nada no pude ser nada.
Aplicante: Sí, pero ahí había algo que sabía sobre nosotros.
Dr. Wilchez: ¡Exacto! A Helena no la podíamos experimentar nosotros porque en realidad no era nada, sin embargo ella podía vernos y sabía lo qué somos.
Aplicante: Si fuera así, entonces ella sería algo.
Dr. Wilchez: ¿Qué categoría de existencia es superior a la nuestra?
Aplicante: ¿Qué insinúa?
Dr. Wilchez: ¡Qué Helena es la nada misma y que el sujeto en cuestión es el dato jiva universal!
Asistente instrumentalizada 1 y 2: ¡Bravo! ¡Viva el Dr. Wilchez!
Aplicante: ¡Eso es ilógico Doctor wilchez!
Dr. Wilchez: Ya hemos visto como se rompen muchas leyes de la lógica que rigen a la existencia, el sueño mismo aquí es tan real como la misma vigilia. Es una simple teoría, pero puede ser probable.
Aplicante: Es cierto que alguien como yo no puede experimentar el sueño y la muerte. Pero si lo que usted dice es verdad, entonces todos vamos a desaparecer y a dejar de existir, si se elimina el dato jiva universal.
Asistente instrumentalizada 2: ¿Desaparecer?
Dr. Wilchez: Eso es lógico y es lo que nos indica que Helena es la nada. Ella se enteró que el dato jiva universal iba a ser eliminado y condenado al vacío, y salió a encontrarse con él; al parecer le prometió al dato jiva universal antes de irse que se encontraría con él en un mundo donde solo ellos existirían. Si el dato jiva universal se encuentra con la nada, pronto solo existirán ellos dos y todo lo demás dejará de existir.
Asistente instrumentalizada 2: Dr. Wilchez ¡haga algo!
Aplicante: Pero no hay que temer, el dato jiva universal está todavía a salvo en el disco de datos.
Dr. Wilchez: No. Los sujetos experimentales “9D” son copias, clones de conciencias que nos entregan en discos.
Aplicante: ¡Es cierto! Eso quiere decir que el dato jiva universal real pronto será borrado de la existencia, y con él la existencia misma como la conocemos.
Dr. Wilchez: Así es.
Asistente instrumentalizada 1: Dr. Wilchez ¡por favor sálvenos!
Dr. Wilchez: Cuando el dato jiva universal se encuentre con la nada, se va dar cuenta de su verdadera naturaleza y va querer eliminarnos a todos.
Aplicante: ¿Hay algo que se pueda hacer?
Dr. Wilchez: Lo único seria ir a las oficinas del control de re-direccionamiento existencial y advertirles que no borren el dato jiva universal, ellos se encargan de re-direccionar estos datos en toda la existencia, incluso a los condenados al vacío.
Aplicante: ¡Está bien! Yo voy a buscar al dato jiva universal real en las oficinas de Corex, espero que no alcancen a borrarlo.
Dr. wilchez: Ojalá pueda traernos el dato real.
Aplicante: Esto no lo hago para que usted pueda saciar su loca insistencia en saberlo todo; lo hago para salvarnos.
Dr. Wilchez: Haga lo que quiera.
Asistente instrumentalizada 1: Sí. Por favor has algo.
(El Aplicante sale a las oficinas de Corex en busca del dato jiva universal).
Dr. Wilchez: Ustedes por ahora ayúdenme a organizar y a encontrar toda la información sobre la existencia subjetiva No.10.364.26.00.10.480.30.900.42.
Asistente instrumentalizada 1 y 2: ¡Si señor!

Continuara...

(2013)

COREX (Control de re-direccionamiento existencial)es un texto dramático, que cuenta como un hombre poco paciente tiene que atravesar el siguiente paso después de la muerte, y como en ese otro plano se da orden a la existencia. Es muy contemporáneo,utiliza recursos de la ciencia ficción, pero no alcanza a serlo, es más una onto-ficción. Es una tragedia con toques elegantes de la comedia.

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