El inexorable lujo del encierro.
Dicen que hay que cuidar lo que uno dice
Creo es más pertinente cuidar lo que uno guarda
Ya hubo 5 poemas antes de este que no verán la luz y puede que este ni lo vea porque no es poema sino otra cosa que hoy se me ocurre llamar catarsis y mañana estupidez.
Espero sobreviva el embate de mis celos y no me baste un arranque para borrarlo por sexta vez. Me conozco.
Demasiado flojo para hacer las cosas siete veces, dejaré así que esto viva más en el desamparo de tener que hacerlo de nuevo que en la gracia de apreciar lo que hice.
sin siquiera saber lo que hice porque no sé que soy ahora que en el encierro vivo.
No hay nadie que me nombre, ni secretos ojos que me miren a la distancia, salvo los del hombre del espejo que dice ser yo pero yo no sé que decirle salvo lo que llevo por nombre que mucho se parece a una maldición serena.
De esas bíblicas atadas a una historia de calvario y de entierro.
Válgame la vida para decirme algo que me cobije de este insulso terror que me cubre la horas.
Vivo desde el inicio de mis días en el inexorable lujo de mi cuerpo.
Escribo cuando no quiero escribir y cuando quiero no sé qué escribir.
Así que solo escribo y lo demás es como la luna en el mar o el sol en el desierto.
Préféré par...
