Te encontré, y recién asomabas,
pimpollo a la vida, tímidamente,
yo buscaba ya fervientemente
lo que tú, celosa aún guardabas
Dudé todo el tiempo si alcanzaba
aquel impacto que sentí al verte,
para atreverme a pretenderte
si una mirada tuya lo insinuaba
Sutil y fuerte aunque no parezca,
tu sonrisa me hizo caer rendido,
de tu cercanía ciegamente preso
Luego sed de amor correspondido,
que solo sacié en tu boca fresca
desde que conseguí el primer beso