Lo pobres en nuestra profunda ignorancia
le acreditamos todos nuestros males
a creencias supersticiosas
Éstas nada tienen que ver con la realidad;
maldiciones, rezos, conjuros
y un montón de fórmulas mágicas superfluas
que no nos alejan de nuestras condenas sociales
pero nos siguen sentenciando a la eterna ignorancia.