La playa
No sé exactamente qué fue lo que me llamó esta mañana, tal vez fue la bruma o tal vez el mar. O tal vez la playa misma fue la que gritó mi nombre para que me acercara a ella. O simplemente fue mi deseo de compartir mi soledad con alguien que estuviera tan solo como yo, la playa. Cuando bajé pude ver cómo estaba llena de basura, de mierda, y fue un alivio pues yo también estoy llena de mierda. Llena de desechos humanos estaba la arena, y mi corazón rebosante de mierda. Todo lo que la humanidad había echado a la playa, lo había echado en mí, en mi corazón. La playa y yo nos hacemos compañía cuando nadie nos quiere porque hace frío, llueve, el viento sopla fuerte, y la bruma recubre toda la costa. Esta mañana la playa estaba solitaria, al igual que yo, con mi cigarrillo entre los labios, fundiendo mi humo con la bruma, con la bruma de mi playa. Ayer, me sentía víctima, de la humanidad, de toda la mierda de las personas. Pero esta mañana, al ver la playa tan sucia, supe que no éramos víctimas, ella y yo. Somos la resistencia, la resistencia de esta sociedad que está tan podrida, que necesita echar su mierda sobre nosotras. Miré las olas, rugían más que de costumbre; no parecían débiles ni víctimas de nada ni de nadie, la mierda no las había hecho callar. Seguían siendo la fuerza más poderosa de la tierra. Y supe también que debía seguir luchando, no sólo por la playa, sino por mí.
Liked or faved by...
