De pronto le sonríes a la Vida, pretendiendo que todo está bien y,
¡Zas!
Ella te llama por tu nombre y te dice:
—No te llames engaño, sólo te presto un tiempo, aprovéchalo...
Sacudidas que te hacen temblar cual hoja de otoño, desprendida de su ser.
Causalidades de la incoherencia.