Este, sin dudas, es tu mes.
Tu nacer y tu renacer.
Hoy hace seis años te transformaste en un ángel.
Afortunadamente, El Amor, trasciende el cuerpo físico.
Entender esto me ha llevado a no sentir, por fin, dolor.
Hoy, no brotan lágrimas, y sí esbozo una sonrisa nostálgica.
Me enseñaste a ser la persona que soy. Me enseñaste a ser hija, nieta, hermana, amiga y Madre.
Me acompañaste en el camino, y aún hoy, siento tu presencia, tu guía, tu divinidad...
Hoy no tienes en tu reposo eterno un ramo de flores, pero sí mi amor infinito.
Gracias.
Te amo.