Una tarde
31-08-2018
#VersoLibre
Escondidos tras miradas hirvientes… Acechados por centinelas vigilant… Mezclados entre alboroto y risas. Un corazón desbocado, un estómago… Huída.
Aún tengo tu olor en mis dedos. (La mano en la boca), inspiro prof… Aún me saben tus besos. Cierro los ojos y “casi” puedo sab… Aún siento tu mano sujetándome a u…
Tal vez somos sólo simples piezas de un gran ajedrez universal. Y por más que nos empeñemos en creer que gobernamos y decidimos nuestras vidas, cuando los astros se alinean, y brilla un...
Decidió vaciarse por dentro. Tal vez le inspiró confianza, o fue reciprocidad quizá. Intercambiaron un breve, mas profundo epistolario. Poemas, declaraciones, fantasías inconfesables, s...
Adormilado en el sillón, con su acostumbrada música de fondo, saboreando su breve espacio de soledad, le sobresalta el "timbre de la puerta". No espera a nadie a esas horas. Se levanta ...
No todo el mundo ha nacido para el… No todo el mundo necesita la misma… No todo el mundo está hecho de la… No todo el mundo se revela ante lo… No todo el mundo le exige más a es…
Cuando volvamos a vernos llevaré gafas oscuras. Perdidos entre la gente será un encuentro de dudas. Porque todo es bien distinto,
Come. Respira. Camina. Medita. Observa nada.
Pasan los días, semanas y meses. Pasa el año, caminando por más día… Sigue su latido enardecido en un t… Sigue su latido, mutilado, en los… Sobrevive la esperanza mustia, del…
Te vi de lejos y ya comencé a temblar como una hoja. de escudo la avanzadilla para entibiar el encuentro Encima, sin gafas de sol como aliadas para esconder lo que los ojos son incapace...
Gobernado el ímpetu. Apaciguado el deseo. La palabra vana y el andar distant… Dócil, como se espera de un animal domesticado
Atrapada en un abrazo eterno, se d… Tras una media sonrisa y unos ojos… “adiós”, que es más bien un, “hasta siempre”,
Por aquí ya ando construyendo tus puentes coloreados, con letras invisibles, en muros de papel.
Fiera, salvaje, indómita, primitiva, bestia,
Sus miradas se cruzaron por un bre… Calaban hondo y echaban fuego. Gritaron, condenadas, en silencio: ¡Te quiero!