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Colibrí

Fragmentos de Hugo Jamioy - Danzantes del viento

Dicen que esa laguna se llenó con las lágrimas de una anciana. El niño sol y la niña Luna lo vieron, también me vieron vestirme con el manto de la nostalgia, vieron que durante años he caminado buscándome, que la casa de mis razones me obliga a vomitar fuego mientras la casa donde me guardo me dice que esa no soy yo.
Al tiempo que sale el sol se ve la noche en mis ojos, al espejo plateado de la realidad la pinta esta soledad que sigue mis pasos.
¿Y yo puedo cultivar flores en mi alma? No todos los lugares son míos, pero el abuelo dijo que cada uno de ellos guarda algo para mí,
las mejores mantas para abrigar los sueños usaré...
colibrí de verano, vuelve...
suspende tu cuerpo donde reposan todas las verdades, sé quién eres, no quieras borrar las señales que dibujaron tus manos y tus labios, que aún quedan los caminos del ayer sin los pasos antiguos.
Tendré paciencia a toda prueba, para que en la fertilidad de mi pensamiento florezca la esperanza y poder brindar el fruto de mis manos, como viento de huayra volaré,
con colores apretados en la mochila he de atrapar a los danzantes del viento, he de caminar hasta el cansancio, de pensar, hablar, hacer la vida, he de calmar la sed del viento. Pondré mis huellas, así seguirán viviendo. Los sueños son los hijos de la vida, intensos en su profundo color, el equilibrio de mis pasos lo sostiene mi espíritu, escribiré con mis pies sólo un punto aparte en este relato de la vida.

Este poema está tejido con los versos del libro Danzantes del viento de Hugo Jamioy

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