Cargando...

La urna: 95

Fin he puesto al tumulto pasionario.
La tormenta sombría de mi alma
se aclara en una inmarcesible calma.
Y aquí estoy: ¡para siempre solitario!
 
¿Esto es lo inevitable? ¡No! Yo he visto
que todos son felices... Yo la pierdo.
El tiempo es de callar. Sólo el recuerdo
recordará que existo.
 
Porque al fin yo me quedo solitario.
Yo que el primero la nombré con pena
y en vano la llamé. ¡Era tan buena!
 
Y ahora, corazón, que el funerario
custodio te custodie, triste hiedra;
y ahora, corazón, hazte de piedra.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Enrique Banchs...



Top