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Con tu partida

En su hermosa memoria

Con tu partida no te diré que morí, o que no pude respirar, o que murieron mis fuerzas, pero lo cierto de todo es que con tu partida dejaste un alma a medias, porque tú eras esa otra mitad, no sabes cómo quisiera tenerte frente a mí para podértelo decir mirándote a tus hermosos ojos color almendra, con esas hermosas pestañas castaño claro que las adornaban, con las que ya no me podías ver, pero sé que los ojos de tu corazón eran lo que mantenían en ti el recuerdo de mi cara y de mis gestos, que confidencialmente eran idénticos a los tuyos, yo fui hecha a tu medida, todos dicen que soy una copia exacta tuya, ¿Qué loco no?, pues la respuesta es que soy bendita por al menos llevar un poco de ti en mí, me hiciste como al moldear el barro, con tus manos dulces y suaves me tomabas entre tus manos y me forjabas, y si hoy soy lo que soy, es por ti, por el ángel que fuiste y eres en mí; con tu partida me dejaste vacía, un vacío que día a día intento llenar, pero ese espacio que dejaste, jamás nada cubrirá, nada consolara el dolor que dejaste, y miro al cielo, a las nubes, a las cosas simples y bellas que amabas, que me rodean intentando encontrarte allí, y siento tu abrazo, tu beso y tu bendición en cada brisa que me rosa con amor al pasar.
Tal vez ese día no morí contigo, pero si te llevaste la mitad de mi alma, y creo que eso es peor que morir, pero seguiré adelante, para algún día al menos tratar de ser un poco la gran mujer que fuiste tú, mi ángel, mi eterno amor, mi abue.

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