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Cementerio de cartas

A Patricio Rey

Se que hay cosas que no sabemos, virtudes que no tenemos, caminos que no conocemos e ideas que, coherentes o no, nos desafían a nosotros, y a la naturaleza del sentido.

No sabia lo tibia que podía ser la piel humana, lo salado que eran las lagrimas, la tristeza que podía expresar una canción al compás de las sabanas. Mucho menos sabia, la felicidad de ver tus brazos envolviéndome por la mañana.

Y en este momento inconexas nubes sobrevuelan nuestras cabezas, y hay una copa de vino tinto en el pecho ahogado de las trasnoches.

No es posible que encuentre en estos mundo una definición que abarque un sentimiento, que tan verde y lleno de vida, como esos ojos a media tarde, me compadezca de quien soy y pueda amarme enteramente.

Muchas veces haz errado, a la par con mis equivocaciones, en sintonia iban cada una de nuestras heridas y esos tajos que dejan cicatrices largas, hasta los extremos del alma y los rincones de aquellos baúles con recuerdos polvorientos, de lo que pudo ser y no fue nunca.

Nose que es perdonar, amor, lo que vivimos es lo que soñamos, lo que no a veces lo sentíamos, otras lo llorábamos, en la cama o abajo de ella.

Y van pasando los años, ¿Los contamos alguna vez? .
Hay una bóveda celeste, con pensamientos opacos y recuerdos felices, que estremecen un cuerpo firme, que antes pensaba que era fuerte, muy fuerte.

Esta es nuestra lógica, grave y tersa, como los trazos de aquellos días, que existieran o no, eran maravillosos.

                                                            ¿Para siempre? Te amo mi amor

(2015)

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