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Oda a la mujer

¿Qué es una mujer?

Es un ser maravilloso, hecho con mucho detalle, con tanta hermosura que me asusta, pues no soy yo ni lo que yo creí querer, es algo completamente contrario. Es como una pieza de rompecabezas que encontré, para armar mi vida y completar un hermoso cuadro. Pero eso aterroriza, terminar el cuadro, encajar las piezas, embonar mi alma con la suya, me gusta a la vez que me causa desasosiego.

Una mujer le da tranquilidad a mi vida y a mi alma, aunque hay algo que me turba y me inquieta, y sé que no está en ella, sino en mí. Pero no me rendiré, pues en un proceso estoy, y sé que Dios está conmigo, que es lo que él quiere, y lo que me hace bien. No hay culpa en  mi vida, no hay tristeza ni remordimiento.

Es cierto que muchas dudas corren por mi mente durante mi día, muchas inquietudes sobre lo que será, aunque no sobre lo que es, porque de lo que tengo ahora no puedo dudar. Sin embargo, me asaltan tantas preguntas e incógnitas que me hacen tropezar, pero tengo que aprender lo que es una mujer para mí. Pues se siente tan bien estar con ella, compartir con ella, y vivir por ella.

Tengo que ser consciente de lo que soy y de lo que tengo, y sobre todo, de lo que soy capaz de dar, de lo que Dios me dio para tal efecto, y que así como reconozco lo que es una mujer, debo reconocer lo que es un hombre, es decir, lo que soy yo, con todas mis virtudes y potencias. Y debo creérmelo y no dejar de luchar. No soy lo que fui, ni lo que seré, soy lo que SOY. Y así es como Dios me ama, pues Dios es presente, el pasado aunque dejó estragos,  ya fue perdonado. Y el futuro, aunque me inquiete y me turbe, es la duda de la humanidad, y debo entregarme completamente a Dios dando todo de mí, entonces sé que nada me faltará y que todo será seguro.

Una mujer es eso, es seguridad, es presente, es una hermosa joya que debo cuidar y pulir día con día, es una bella y frágil flor que debo regar, pero no ahogar, que debo ponerla al sol pero no demasiado para no secarla. Es una flor en la que debo confiar pero a quien debo cuidar. Es una flor que debo aprender a entenderla para que todo esté bien, una mujer es la mayor entrega de un hombre, es el culmine de la vida del mismo, es su motivo de ser de cada día.

La mujer ha estado presente en mi mente y en mi vida desde el primer día de mi existencia, de alguna u otra manera siempre ha estado la mujer en mi corazón y en mi alma, inquietándola, haciéndome hombre, despertando nuevos sentimientos en mí cada momento. No se puede vivir sin una mujer, y hoy descubro lo que significa para mí, y el sentido que ha adquirido en mi ser.

Por eso y más mujer, en mí ya estás y en mi vivirás siempre, y por ti mi vida será, y mi existencia un sentido tendrá, y todo por ti y por mi familiar será dado. Aunque desprenderme de mi familia me cueste, tu serás mi familia algún día, bella mujer, la más entregada, la que más me ha querido, la que me presume y me ama, la que me posee y se siente cuidada en mí, la que busca refugio en mi cariño y en mi corazón, la que se hace pequeña para estar conmigo.

Escrita un 03/11/17, como parte de un proceso terapéutico, no lo quise así, pero terminó como una oda al ser más maravilloso de la creación. Dedicado a todas las mujeres de mi vida, mi madre, mis maestras, mis amigas, mi terapéuta y a mi esposa.

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