A mis oídos llegaron, torrentes de ilusiones fracasadas, cual intempestiva lluvia huracanada, palabras volando por el viento, sin aviso previo ni advertencia, destruyendo todo a su paso. Si bien, mi corazón ya era como queda el campo destrozado, después de fuerte tormenta, que deja árboles quebrados,  ahora después de saber, que andas hablando lo que callo y que callas lo que tanto hablo, que rompes promesas y traicionas amores y amistades, ¿qué clase de hombre eres, que destroza sin piedad a otro hombre?

Traición es lo más bajo que existe en esta vida. Eres el Judas que en mi alma entró, hubiera sido mejor que me vendieras por algunas monedas, que por llenar tu ego, por sentirte bien, por mostrarme de trofeo.  Con beso traicionero me entregaste al látigo de la crédula sociedad. Pues bien déjame hablar, que tú ya has hablado demasiado.
¿Qué te hice? Dímelo, responde... Porque yo he pensado, y por más que busco debajo de los escombros como has dejado mi alma, no logro encontrar respuesta. Si todo lo hice bien y tú lo sabes, no sólo te conté lo más secreto y profundo de mi ser, sino que lo compartí contigo. Entonces dime ahora, traicionero mío, ¿cómo te fallé? ¿qué no hice bien? ¿por qué me pagas de esa manera? Yo todo te lo di.

¿Qué fueron de aquellas palabras tuyas que embelesaban mi corazón? Todo era mentira, todo era un juego para ti. Yo te sentí tan cerca mío y ahora veo que me equivoqué. Tu dulce lengua se transformó como en la de venenosa serpiente que ahora veo que eres. Y no sólo escupiste antes, sino que ahora esparces arrastrándote toda la ponzoña que tu pobre e infantil corazón puede tener.

¿has escuchado aquella historia de un niño que rompe una almohada en lo más alto de una azotea, y después se le ordena ir a recoger todas las plumas que el viento sopló? Ahora entiendo mejor que nunca esta historia. Quien sabe hasta donde lleguen tus historias, no sé hasta donde vayan a parar tus mentiras y difamaciones. Profanaste mis secretos y los esparciste por el cielo, ¿ahora qué he de hacer para detener esta lluvia de diretes?

Andan diciendo que yo te rogaba, que yo te perseguía. Entonces debería yo decirte: perdón por llamarte a diario, por saturar tu celular con mensajes, por perseguirte a todas partes, por acosarte en la escuela... Debería si lo hubiera hecho, pero no es así, jamás lo hice. Mentiras. Mientes al mundo y te mientes a ti mismo. Y si tanto te molestaba mi presencia, si tan falso era tu interés, perdón por haber pensado en ti en cada momento, perdón por haberte dado tanto, perdón por haberte besado y por haberte querido de ésa manera, perdón por haberme enamorado de ti... Si en eso te fallé, entonces perdón.

Sigo mi vida, intentando reconstruir lo que destrozaste. Sólo te pido que no vuelvas a aparecer en mi vida. No quiero verte nunca más. No, no te guardo rencor ni odio. Antes te bendigo y pido por ti,  porque sé que la gente como tú no es feliz.