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¡Limón, limón! Limón agrio, limón criollo, limón dulce, limón chino,
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
Porque no saben quererte me dicen que eres muy fea. Duerme... Duerme... Duerme, que te coge el gato y las tijeras muerden.
Nombres tuyos, nombres míos, que recibimos de ayer como el agua de los ríos y que debes conocer: Bejucos de la Perdiz,
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
Palma real, bandera viva en el paisaje clavada, tu nombre lo mece el viento, el viento que llega y pasa. Cuando al ondular susurras
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
Abril es un niño rubio que junta flores y pájaros; tiene los ojos azules y va vestido de blanco. Mayo es un niño aguador
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua