POESÍA JAPONESA
La noche huele a primavera, a piedra fresca, y a humo lejano de hojarasca. Huele a gato, a farola, a silencio y a montaña.
Odio pensarte con alguien más camino por mi ciudad es de noche y no quiero decirte na… es mejor esperar a la mañana. Sé que estás con alguien
Te regalo mis manos, te doy mis ojos, te dono mi tiempo. Caen las hojas, otoño en nuestra piel,
Tengo ganas de hablar y gritarlo, pero aún me atenaza el miedo. Miro tus ojos y me quedo prendida de tu mente,
Las verdades a veces son rojas como la sangre de venas desordenad… pero ya he dejado de bailarte el a… que puede que te duela pero es que si te digo la verdad;
Hay un hombre malo que quiere destruir al pueblo que… quiere sangre derramada, no le imp… desea el poder tanto... Que daría… hasta la vida de su madre si fuese…
Pediste mi bendición ahora, después de enviarme a las profundidades del infierno, quizás no lo sepas, pero ya no soy la misma,
Me siento expulsada del paraíso tirada en un enorme desierto donde no hay oasis odiando tus entrañas camino dejando mis huellas muertas…
Yo, celebro abrir los ojos y ver el amanecer desde mi balcón celebro cada respiración cada parpadeo. Celebro la vida
Sube la temperatura en la habitaci… la cintura apretada, apenas puedo… él que no me deja ni un segundo de… tanto que muero lo tengo que empuj… ¡necesito oxígeno! O me voy a desm…
La noche me devora malditamente, me hace desaparecer nunca pensé que podía doler así hay cosas dentro de mí que necesito confesar.
Solo se dedicaba a decir lo bellas que eran sus letras. Halagos a sí mismo se dirigía. Envidia insana de las personas, que realmente escribían.
Ecos de amor se oyen en la distancia gimiendo versos. Se oyen arpegios de aquel antiguo piano,
Entre las páginas de un libro en mis sueños tú ya estabas ahí enterrado entre letras, palabras de perdón. Pides perdón por amarme, pides
Andando por la calle entre la gente me siento distinta. Mis pies sienten la música de la vida, late entre mis muslos.