LOS DESPOSEIDOS
Los desposeídos
aquellos que el alma
la tienen embargada.
Los desarrapados
los conoce usted señor banquero
los que en la calle piden
un trozo de pan,
esos de los que usted se ríe,
esos de los que usted
se ha quedado sus trabajos,
sus cuentas, sus casas;
esos que solo quieren “beber”.
Tienen el cuerpo roto y los
ojos vacíos de lágrimas de sangre
derramada.
Los desamparados
con sus tristes pupilas
miran pidiéndonos
que le expliquemos por qué,
por qué nadie les atiende
por qué se ríen de ellos.
Funcionarios de medio pelo
que no cumplen su trabajo,
hojas caídas como si fuese
otoño en las oficinas,
hojas con mil nombres
que nadie ve.
Los abandonados a su suerte,
vagan por las calles indiferentes
a su presencia.
Personas que solo les preocupa
la última tendencia,
ellos son anónimos, nadie los ve.
Almas en una tierra desértica de amor,
de generosidad.
Calles de piedra y cartón para una noche
de soledad y angustia.
Nadie está, nadie mira,
pero siguen pasando, la gente
sigue pasando...
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