POESÍA JAPONESA
Salieron mariposas de mi cuerpo. Llevaban soledad, falta de pasión un rato corto de amor
Veneno en la sangre me corre como un caballo por las venas, tú me diste esa condena, tú me diste esta maldición y te fuiste.
Tus amigos son esas manos invisibl… —No critiques ni juzgues sin más. —Aprende a escuchar. —No te creas mejor que nadie. —Sé buena gente.
Hay un lugar que me mata, me rompe sin embargo, siempre estoy ahí. Un sitio perverso donde el dolor es el placer
Ya no recibe un beso al despertar hace tiempo que no es feliz, lágrimas caen al suelo, veinte años casados, diez desde que él
Guía de marinos marcador de las costas faro imponente Aguas azules recortan las siluetas
No te guardes los “Te amo”, no escondas los “Te quiero”, no calles un “Te extraño”, no niegues un “Te espero” No mates un abrazo,
Andando por la calle entre la gente me siento distinta. Mis pies sienten la música de la vida, late entre mis muslos.
Pasar la noche bebiendo de tu boca sorber tu vida en este ocaso ardiente. Detengo el tiempo,
¿Dónde estabas, cuando he estado m… Donde, ¿cuándo te necesite? Tu egoísmo es brutal regresas ahora cuando me ves volando como un águila real.
Barcas varadas en la orilla del mar. Es primavera. óleo por Ramón Pujo Sierra Nevada
Ay, esta enorme alma fiera que me mata que me lleva hasta el azul que me eleva haciéndome prisionera. Vuela, vuela, esclava
Recuerdos vienen a mi, del agua fría de esa playa turquesa, donde los besos eran como la arena, infinitos. Cuando llegaba la luna y rozaba
Amiga mía la soledad de mi alma clausura en vida. Qué viste en mi retiro que de mí no te alejas.
Tu dulce cuerpo, enredado en mis manos, en blancas sábanas. Ojos zafiros son los que me iluminan,