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TE ESPERO EN MÍ CASA

Estoy en casa esperándote
dime: ¿vendrás sin tener que pagarte?
 
Hoy en día todo se cobra, todo se paga;
pero solo tengo mis demonios
correteando entre la nieve
de mi alma.
 
Siento el frío en los huesos,
¿me reconstruirás?
 
Me he caído muchas veces
y no tengo donde agarrarme ahora,
en el mundo, si caes, te aplastan,
dime: ¿tendré que pagarte?
 
El café se enfría esperando,
el mundo se para y yo salto
no quiero quedarme sola,
cógeme y llévame a la cima
quiero las palabras
de tu boca.
 
Quiero las dudas en
tus manos, con los puños cerrados,
no quieren que escapen,
deja que las resuelva.
 
La vida se renueva
tu sangre metida en vena
hace que salte, grite
que me sienta viva.
 
El sol de nuevo me ilumina,
el café se calienta,
la calle se llena de gente,
donde había muerte
ahora corre la vida.
 
Has venido desnudo
con las manos abiertas,
me has inyectado vida,
miro tus ojos y me cuelo
en ellos, en ese pozo
de sonrisas azules.
 
No quiero nada, me dices:
solo darte mi mano.
 
Quizás entre los dos
logremos recorrer la ciudad
de noche, sin miedos, sin frío.
Quizás confiemos de nuevo,
hay buena gente por ahí, también
te lo digo.
 
Y, con la mirada, sonrío.

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