¡Rescátame de toda esta oscuridad que me contempla...!
Has moldeado la espera desde lo intangible
¡Dime algo siquiera...
Que calme en mí... este dolor de siglos!
Cuando te pienso cerca
y tu olor...
ese olor que solo destila el sándalo y sus vicios.
¿Dime si es tuyo todo este silencio que me mira
y que no entiendo?
¿Si no es... que son entonces?
¿Serán quizás los engranajes de mi cuerpo?
O simplemente soy las grietas de esta carne lacerada
loo que queda de todos los siglos vividos
en este mundo impío y desalmado,
que me ilumina pocas veces
¿Por qué esta ambivalencia, esta soledad
a la que me condenas?
Doris Melo Mendoza.
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