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En el parpadeo de cada latido tuyo...

 
 
Con la esperanza apretada aquí ..
en estas manos que tocan el acordeón
y su tristeza,
en otra  brisa purpura de octubre
cambiándole el color a las hojas
de rojo pardo a simples
tonos de amarillo quemado.
 
He venido sin intensión alguna
A cobijar con mi ternura
la desesperanza que te asecha...
¡para decirte tanto, y con tan pocas palabras!.
 
Permíteme que me pierda en la penumbra
en el parpadeo de cada latido tuyo
ser la brisa que acaricia tus labios
o tal vez...
un soplo vagabundo en tus oídos
que te susurre ternuras sin contornos...
y en el aire se desvanezcan los te quiero...
 
 
Dilapidar esta sed que me consume
con el pensamiento oxidado.
palabras que siento profundamente en cada pisada
sobre las adoquinadas calles de San Juan
de mi cada día en este tiempo soñado.
 
Dejame estrujarte con palabras ardientes
para blanquear tus culpas
y redimirte de todos tus  pecados
para ablandar un poco tu alma...
 
Pero tu te quedas ahí por cobardía
pariendo nostalgias escondido en tu concha amarilla,
Y yo, desnudándome el alma hasta más no poder ..
despojada de antiguos sueños incumplidos
y esta angustiada angustia que me toca.
 
Entonces, en sueños  me invitas a intimar
para después marcharte a un sin sentido
como siempre...
tras el oscuro silencio color purpura
dejandome atada a ti desde tan lejos
con el cuerpo y la conciencia lacerada .
 
Desde mi nada, esta voz contundente
Esa, que casi reta a su otredad
con un silencio estrangulado
arrancandome casi el pensamiento.
 
Aposentada  timidamente en una esquina de esta soledad
compuesta de vacíos que se inventan
como proyectos equivocados en su discurso.
Es lo que me hace interesante
a tus ojos color de miel,
Pero ya vez
con el alma, siempre bañada de tristezas.

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