Para que tú no veas las rosas que haces crecer, cubro mi cuerpo de cenizas... De ceniza parezco toda, yerta y gris a la distancia; pero, aun así, cuando pasas cerca, tiemblo de que me delate el jardín, la sofocada fragancia.
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Afílame las alas, afilador de rued… No tienes alas; lo creíste acaso p… Afílame la espada, afilador del si… ¿Y dónde está tu espada? No la ti… Afílame la pluma, afilador del pie…
La criatura de isla paréceme, no s… criatura distinta. Más leve, más s… más sensitiva. Si es flor, no la sujeta la raíz;… deja un hueco en el viento; si es…
He de amoldarme a ti como el río a… He de correr en ti, he de cantar e… Fuera de ti ha de sobrarme el mund… Dentro de ti no ha de faltarme bla… Dentro de ti está todo; fuera de t…
Señor, las criaturas que enviaste… aleteando junto a mi cabeza. Yo las sujeto por un hilo de sangr… se rompa el hilo... A pesar de qu… veo, inmersas como están en la tin…
Era coja la niña. Y aquella su cojera era como un ondulamiento
Señor que lo quisiste: ¿Para qué habré nacido? ¿Quién me necesitaba, quién me había pedido? ¿Que misión me confiaste?
Eras frágil como la caña ya cascada; débil como la mecha que aún humea. Por encima de los días, meses, años –y un solo gris infinito– que han pasado sobre tu recuerdo, no me queda de ti...
El agua del río va huyendo de sí m…
Muchas cosas me dieron en el mundo…
Como una guerra civil, como una rebelión sordamente contenida, el dolor ha estallado en alguna parte de mi tiempo sin darme tiempo a huir, cogida por sorpresa entre su furia. Se presen...
Has vuelto a mí después del gran silencio. Traes en los labios una palabra vencedora de la muerte, la única que en verdad pudo salvarse. Pero ella bastará para llenar el mundo de dulzur...
–¿Adonde vas cantando? –A subir por el arco iris... –Es curvo el arco iris, y cuando l… –¿Adonde vas llorando? –A perderme en el viento.
Tú eres un espejismo en mi vía. Tú eres una mentira de agua y sombra en el desierto. Te miran mis ojos y no creen en ti. No estás en mi horizonte, no brill…
Cuando revuelvo el brazo no estrecho, rompo el lazo. Ya sólo un camino breve busco: El que de ti me lleve. ¡Con qué agua te apagaré!...
La niña ciega quiere saber cómo es el mar: Desde la orilla tiende su mano