Cargando...

( )

Nada sucede ahora. Nada es consecuente y los sentimientos ya no existen
 
Te veo como en aquella noche donde juraste volverías por mi, bella, delgada, obscura
 
Me susurraste tu deseo de eternidad y tocaste mis labios con los tuyos
 
Advertiste mi futura vida a tu lado, y al marcharte dejaste tu rosa marchita en los costados de mi piel, en lo profundo de mi corazón
 
Me indicaste que no pensara en el cielo, sino que recordara aquellas noches de placer en Reykjavik
 
Pero tiempo después no regresaste y mis lagrimas escurrían sobre la rosa negra que me dejaste
 
Ahora te veo y te siento a través de mi llanto, pues me recuesto sobre el ataúd donde con tus dedos finos y pálidos tapas mis parpados, para ser eterno, para ser dos amantes muertos

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Emmanuel Nieto...



Top