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Fûr Gerard

Arrúllame en tus brazos, oh, querida soledad, que la noche es eterna y el viento lastima y corta mi alma
 
Protege este vació interno, pues el exterior seca mis lagrimas que pretenden ser perpetuas
 
Y al verte evocas esa llama vivaz algún día encendida en su regazo infinito, pero ahora extinta y dolorosa
 
Quiero escucharte aun siendo distante tu presencia, soledad
 
Quiero besarte, a pesar de carecer esencia física, soledad
 
Quiero decirte cuanto te quiero, cuanto te extraño y cuanto añoro tu regreso que jamas tendrá razón alguna para pensarte con lucidez
 
Por que tu ya no existes, yo muero lentamente, ellos se van y tu ataúd, soledad, es frió como tu cuerpo estático sin vida

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